lunes, 15 de septiembre de 2008

José Miguel Insulza, cuando era ministro

1.- MI PAPÁ ME DEBE HABER BESADO UNA SOLA VEZ EN LA VIDA
2.- SIEMPRE HE PENSADO QUE HABLO MUCHO
3.- ME SIENTO MÁS TRANQUILO EN LAS CRISIS QUE EN LA NORMALIDAD
4.- EL SECRETO ES NO CONTARLE A LOS DEMÁS QUE UNO ESTÁ ANGUSTIADO


Vaya día para una entrevista ministro ¿Está choreado con esto del paro?
Mal día, pero son las cosas del oficio. No estoy choreado porque ha sido un día tranquilo, incluso más tranquilo de lo que yo esperaba. No ha sido un paro masivo. Además, estamos en un país democrático y luchamos tanto tiempo para que la gente pudiera gritar... El gobierno está haciendo esfuerzos por los trabajadores y el paro me parece incoherente porque no se sabe muy bien cuáles son sus objetivos. He escuchado decir que es hasta en contra de las empresas transnacionales.

Su partido apoyó el paro
Mire, yo no siempre estoy de acuerdo con mi partido. Esta una ocasión más.

¿No le parece chacota la posición asumida por el PS, un partido de gobierno?
No, el partido socialista es un partido fundamentalmente de trabajadores, por lo tanto es normal que apoye este tipo de manifestaciones.

Usted dice que el PS tiene que apoyar a los trabajadores pero también deben apoyar al gobierno del cual forma parte...
En este caso el partido socialista debió haber optado por el gobierno porque el paro no tiene ningún sentido. Es una contradicción común que ocurre algunas veces pero esta ocasión ameritaba un gesto de mayor responsabilidad.

Siempre que hay cambio de gabinete se rumorea que es uno de los primeros a los que el presidente va a botar y a las finales siempre se queda ¿Qué ha hecho para ser inamovible?
Uno siempre es movible. Cuando yo llevaba menos de un mes como canciller, hace ya nueve años atrás, los patios de la cancillería estaban llenos de unos papelitos que decían “la Patria no se vende. Insulza debe renunciar”, que era la protesta de unos grupos neonazis disgustados por el tema del arbitraje en Laguna del Desierto. Entonces, me he acostumbrado a pensar que uno siempre es movible y que siempre es prescindible.

Pero algo debe tener usted para llevar nueve años en ministerios políticos, todo un récord...
Cuando comencé a ser ministro nunca esperé una cosa así. Lo considero casi una bendición.

Pero a qué lo atribuye...
A la benevolencia que ha tenido primero el presidente Frei y luego el presidente Lagos.

¿Todavía tiene el corazón dividido entre Frei y Lagos?
Yo creo haber sido un ministro leal al presidente Frei y ser un ministro leal al presidente Lagos. Las cosas no funcionan de otra manera. Cuando uno se compromete con una persona es leal a ella.

Pero siempre se dice que no sabe para qué lado tirar más...
No sé si se habla de algo afectivo, porque si es así, yo tengo un gran cariño por el presidente Frei y lo mismo con el presidente Lagos. No hay que tener el corazón dividido para quererlos a los dos.

MI PAPÁ, EL PRESIDENTE Y LOS AFECTOS NO EXPRESADOS
¿Cómo es su trato con el presidente? ¿Son amigos?
Al presidente Lagos lo conozco hace muchos años, no es que hayamos ido a fiestas juntos o cosas por el estilo, pero yo al presidente Lagos le tengo gran aprecio y él me tiene aprecio a mí. Hay mucho cuento en este tema... en realidad nunca he sido, y en esto me parezco a él, dado a las manifestaciones externas. Con el presidente no somos grandes abrazadores ni grandes besadores; somos gente que se saluda muy normalmente y que se trata con cierta formalidad. Yo tengo muchos amigos que son buenos para los abrazos y para los cariños y yo nunca he sido así, por lo menos de manera pública, y el presidente Lagos tampoco. Uno es como lo han criado desde chico. A mí, mi papá me debe haber besado una sola vez en toda su vida. Yo a él le daba besos en la mejilla, pero él a mí nunca.

¿Le hubiera gustado que fuera más cariñoso?
Mi papá fue el primer profesional de su familia, el primer profesional. Él provenía de la clase media provinciana y en ese mundo los gestos de gran afecto son mucho más contenidos. No tenía para qué ser distinto, para eso estaba mi mamá que suplía todo el afecto. Lo importante para un niño no es que lo besen y lo abracen todo el día, lo importante es sentir que sus padres lo quieren y yo siempre sentí eso, aunque uno lo manifestara mucho más que otro. Yo tenía un hermano al que quería mucho y que falleció hace unos años atrás. Era mi mejor amigo y nunca fuimos de besos ni de abrazos.

Con el presidente se quieren pero no lo expresen...
No hay nada que expresar. El presidente es un hombre muy parco y muy sobrio.

Ha salido muchas veces en la prensa que ustedes han tenido grandes diferencias, que las relaciones no han andado muy bien. ¿Me va a decir lo mismo que los tipos de la farándula, que la prensa les inventa cosas de la nada?
Esos son cuentos de alguna prensa que vive hace nueve años pensando a quién van a echar del gobierno y anunciando mi salida. Alguna vez irán a tener razón, alguna vez voy a salir.

Usted como que exhala poder.
Esa es una pose porque yo soy lo menos impositivo que hay. Lo que sí es cierto es q ue cuando me preguntan algo yo contesto y cuando me piden una decisión yo la tomo. No soy imperioso, por el contrario, cambio de opinión con bastante frecuencia... me convencen fácilmente.

No le creo que sea fácil dárselo vuelta, menos políticamente hablando...
Una cosa es una posición política y otra es la posición con respecto de un tema determinado. Por ejemplo, puedo pensar que un problema se puede tratar de determinada manera, pero si usted, que también sabe de ese tema, llega, me da sus argumentos y me dice que la cosa no es así, sino que asá, de repente me convence. Yo soy bastante convencible.

¿Usted escucha?
Escucho y cambio.

Se dice que presidente no escucha y que sólo lo llama cada vez que el incendio está fuera de control...
No. El presidente escucha mucho. En las reuniones no es de los que hablan todo el rato, cosa que se da con muchos políticos que sólo se escuchan a sí mismos.

¿Está o ha estado muy solo el presidente?
El presidente es una persona que toma decisiones y una figura de respeto. El cargo requiere de cierta soledad, o sea, cuando a una persona la tratan de usted todos sus colaboradores ya hay una cierta distancia y es bueno que así sea, que el presidente tenga su círculo íntimo, su familia, su vida privada y que el resto de la gente lo trate con deferencia. En su vida familiar está lo menos solo que hay y en términos políticos, ante cualquier problema todos quieren hablar con él, eso quiere decir que no está solo.

¿Siempre lo trata de usted? ¿Hasta en privado?
Siempre desde que me nombró ministro. Antes no, siempre lo traté de Ricardo. A mí me enseñaron que al presidente se le trata de usted, lo mismo hice con el presidente Frei desde que me ofreció la subsecretaría de relaciones exteriores. Recuerdo que ese día entré, me convidó un cigarrito, conversamos de fútbol, después fuimos al grano y lo comencé a tratar de usted.

¿Y ahora lo tutea de nuevo?
Después de seis años de trabajar con él se me pegó lo de tratarlo de usted. Soy muy amigo de Frei, incluso familiarmente.

¿Qué significa ser un animal político?
Es una cosa media rara. Yo soy político, no un animal político. Cuando era muy joven me sentí muy identificado con una anécdota del presidente Kennedy, que contestando una encuesta, en el lugar donde decía profesión, él puso político, no puso abogado, cosa que yo hago habitualmente. Si usted me pregunta si tengo por profesión la política, sí, soy de profesión político, pero eso de animal político no me gusta mucho porque da cierta sensación de falta de escrúpulos y esa no es la idea.

¿Ha perdido muchos amigos desde que es ministro?
Ninguno. De repente uno se aleja de sus amigos... yo quisiera ver más a mis amigos pero ahora es más difícil

¿Y ha ganado muchos enemigos?
No creo que muchos. De repente me llegan algunos anónimos insultantes que me dicen de todo tipo de cosas, sobre todo comentarios sobre mi físico, sobre mi conducta y sobre mi ética.

¿Le dicen guatón?
Ojalá me dijeran guatón; me dicen cosas mucho más horribles que eso. La imaginación y la estupidez de la gente por escrito puede ser bastante grande. Yo creo tener muy pocos enemigos, no me he enemistado voluntariamente con nadie porque además soy buenazo para pedir perdón. Yo muchas veces me peleo con alguien, han habido casos muy conocidos, pero luego llego a la conclusión de que yo no tenía razón, que estaba equivocado y llamo y pido disculpas. Una vez por los diarios le pedí disculpas a Jaime Naranjo, porque lo traté muy mal y no tenía por qué hacerlo.

¿Es muy enojón, ministro?
Soy enojón pero me desenojo rápidamente.

Cuando se enoja ¿Es de los que agarra a chuchadas a la gente?
Yo creo en el poder del garabato cuando tiene sentido. Me cargan esas conversaciones en las que todo el mundo se echa garabatos porque sí. Yo no soy garabatero para conversar, creo en los garabatos bien echados y cuando corresponde

Y cuando se enoja se manda sus buenas chuchadas...
A veces corresponde... sí, echo garabatos, pero cuando se me pasa el enojo voy y pido disculpas a la persona a la cual he garabateado.

LAS BARBARIDADES DE LA DERECHA
Hablando de amigos, usted estuvo de súper amigo con Longueira...
Con los amigos uno se va de fiesta, se junta de noche y come con la familia. La amistad puramente política o puramente operativa no existe. Yo tengo una buena opinión de Longueira y le tengo cierto aprecio pero me costaría decir que somos amigos.

¿Qué le parece la oposición que él y su partido han realizado?
Cuando uno mira la oposición de otros países y las barbaridades que dicen del gobierno, de pronto dice pucha, la nuestra no es tan terrible. La oposición no ha sido benevolente pero tampoco odiosa.

¿Cuál es la actitud que más le molesta de la derecha?
La derecha proviene de clases altas que siempre se han sentido dueñas del país y esa actitud de propietario, de sentirse dueño de algo que algunos confunden con certeza y que yo confundo con soberbia, es lo que me cae más mal.

Qué le parece este “nuevo estilo de hacer política”
A mediados de los años setentas empecé a escuchar entre mis compañeros esto “del nuevo modo de hacer política”. Nunca entendí bien en qué consistía el “nuevo modo de hacer política” porque consideraba que la política tiene sólo un modo y un contenido, o sea, el objetivo de la política es obtener bienes benéficos para la gente, lo cual no significa el fin justifica los medios, no hay que confundirlo. La política se hace sobre la base de las ideas, de lo que uno piensa y siente. Cuando veo una situación en la que todo el mundo dice “mire, pero si todos piensan igual”, yo digo no, no es que pensemos igual, pensamos distinto pero nos ponemos de acuerdo. La política mediática y de las cosas chicas no me gusta y nunca he creído que sea una nueva forma de hacer política, sino que más bien una desvalorización de la política.

La agenda de la oposición y de la concertación anda por ahí...
La concertación ha tenido un gran éxito político, superior a todos los demás: ha impuesto su agenda en el país, o sea, los temas de los que se habla hoy en Chile en todos los planos son temas que sólo nosotros hablábamos a comienzos de los noventa. Nosotros hablábamos de derechos humanos, nosotros hablábamos de igualdad, de pobreza, de crecimiento con equidad, de reformas a la salud, al sistema laboral, etc. La agenda de la oposición ya no tiene las mismas barbaridades que tenía a comienzos de los noventa, cuando hablaba de la teoría del chorreo y todas esas cosas. Hoy, cuando hay un problema con los remolacheros ahí aparecen nuestros muchachos de la oposición apoyando a los remolacheros. A comienzo de los noventas para la oposición era el mercado no más. El sentido común lo hemos impuesto nosotros. En este contexto las diferencias se notan mucho menos, pero si gobernara la derecha se notarían mucho más.

En este nuevo “estilo de hacer política” hemos visto al intendente Trivelli muy a sus anchas...
A mí no me cuenten cuentos: Trivelli no está en esa categoría del “nuevo estilo de hacer política”. Antes de la llegada de Trivelli, todos pedían que este señor que está en la municipalidad de Santiago no se la llevara todo tan fácil, sino que hubiera alguien con capacidad, con colorido y entusiasmo para convertirse en una especie de alcalde mayor de la comuna. Ahí llegó Trivelli, que a veces es pintoresco, pero del que nadie puede decir que no ha hecho eso que querían que hiciera. Para eso llegó Marcelo Trivelli, para tener en Santiago una personalidad atractiva, cumplidora y trabajadora ¿qué más quieren? Claro, yo no iría a jugar paletas con Lavín a la playa del Mapocho. A veces me peleo con Trivelli por teléfono, pero le tengo un enorme respeto porque no es un político sin contenido.

¿Es Lavín un político sin contenido?
No, Lavín es un político que quiere ser presidente de la República.

¿Se imagina el “estilo Lavín” en La Moneda? ¿Cree que resulte algo bueno?
No, basta con ver lo que ha pasado en los municipios de la UDI. Lavín en La Moneda pondría los colores de la UDI en todo el país, seguramente le daría al empresariado condiciones muy distintas a las nuestras y la gente de la CUT, que ahora está en paro, ahí sí que descubriría lo que es tener problemas con el gobierno, con un gobierno que no siente aprecio por los trabajadores. Lavín es lo más parecido a la concertación que puede y juega con dos cosas: que la concertación lleva mucho tiempo y que como él va a hacer lo mismo, él lo va a hacer mejor. Nosotros somos más competentes, más eficientes. A todos los gobiernos se le notan sus ineficiencias y como alcalde de Santiago no ha demostrado ser muy eficiente.

Muchos ven en usted la persona que podría hacerle el peso, no sólo en sentido figurado, a Lavín en las próximas presidenciales...
Ayer escribía para la revista de mi colegio, el Saint George. Escribí que yo fui scout, acólito, actor de teatro, futbolista y mil cosas, pero que nadie puede recordar que fui el mejor que hayan tenido nunca. Como decía un beisbolista norteamericano, el 95% de la alegría del juego es estar ahí. Por lo menos yo me siento contento así, aunque le confieso que de repente echo de menos un rol un poquito menos visible. Con todo esto quiero decir que no me siento anímicamente preparado para ser candidato a la presidencia.

Pero se lo han comentado...
Yo soy malazo para hacer planes porque nunca me resultan.

Entonces no lo descarta...
En política no descarto nada.

LA CLAVE: NO MOSTRAR DEBILIDAD
Un ex ministro de este gobierno dijo que usted era como las viejas guatonas, que cuando se sienta en un sillón, no deja espacio para que se siente nadie...
Alguien dijo que ocupaba el sillón completo, pero ¿Quiénes han sido los subsecretarios más conocidos de este país? Jorge Correa, Pancho Vidal, Mariano Fernández... si yo fuera de los que ocupan todo el asiento, las personas que te nombro no habrían llegado a ser lo conocidas y exitosas que ahora son. Yo tengo puros ejemplos positivos y ninguno negativo: a nadie que haya trabajado conmigo, a nadie, le ha ido mal después.

Entonces de pura envidia lo compraran con viejas guatonas que no dejan sentarse a nadie, le dicen el come solo y el rey del metro cuadrado...
No sé qué será, pero están equivocados. A lo mejor hablo mucho...
siempre he pensado que hablo mucho.

Un amigo dice que usted es como los pilotos que se aburren cuando no hay turbulencias...
Es cierto, cuando no pasa nada me despierto en las noches e imagino las cosas que podrían pasar. Cuando no pasa nada me siento raro, un poco nervioso porque en mi pega siempre pasa algo. Me siento más tranquilo en las crisis que en la normalidad, duermo mejor cuando estamos en plena crisis.

Cuando se pasa películas en las noches sin crisis ¿Qué situaciones se imagina? ¿Es muy fantástico?
Soy imaginativo, es cierto, pero no es que me imagine qué es lo que va a pasar, sino que presiento que la calma va a terminar con alguna turbulencia.

Le encantan los incendios, con razón lo llaman el “apaga incendios”...
A mí me toca enfrentar situaciones críticas y las enfrento con tranquilidad, sin demasiada alharaca. Imagínese, yo en mi casa, un día 17 o 18 de octubre en la tarde, recién llegado de un viaje a Europa y de pronto me llama el embajador Artaza desde Londres y me confirma que Pinochet estaba detenido. Evidentemente, estas situaciones lo dejan a uno perplejo pero después hay que asumir el problema. En este caso, lo primero que hice fue llamar a mi presidente y decirle que no se preocupara, que yo me iba a hacer cargo del asunto.

¿Habrá que ser medio calculador para poder afrontar estas situaciones sin agarrarse la cabeza ni desesperarse?
No, por el contrario, yo soy re sensible y a veces me angustio mucho. El secreto es no contarle a los demás que uno está angustiado. Cuando se producen crisis, la gente normalmente no sabe qué hacer, se angustia, sufre y se amarga. Pero cuando uno está en un cargo público no puede darle a entender a los demás que le pasa eso.

La clave, entonces, es no mostrar debilidad...
Uno muestra debilidad cuando corresponde. A veces yo soy débil en situaciones afectivas, pero en mi trabajo uno no debe mostrar debilidad.

¿Cómo cree que será recordado su desempeño en el gobierno? ¿El caso Pinochet será lo que lo hará pasar a la historia?
Cuando yo trabajaba en la academia de temas internacionales, un gran tema eran los acuerdos de desarme y ni Chile, junto con Brasil y Argentina, estaban vinculados a ningún tipo de acuerdo de desarme importante en el mundo global. Yo fui canciller y cuando me fui de la cancillería los habíamos firmado todos. Usted me pregunta por el caso Pinochet y bueno, la vida no es como uno quisiera que fuera. Me gustaría que los acuerdos de desarme fueran mi gran realización aunque poca gente se haya enterado de eso.

En el caso Pinochet ¿Volvería a hacer todo tal cual lo hizo?
En el caso Pinochet creo haber tenido la razón. Algunos gritaban que había que juzgarlo en Londres, otros decían que en Madrid y otros que teníamos que traerlo a Chile. El presidente Frei tuvo la razón y dijo que había que hacer las dos cosas: traerlo a Chile y juzgarlo. El presidente tenía toda la razón y la línea que escogimos fue la más acertada. Muchos se quejan de que Pinochet no fue a la cárcel y por favor, no nos contemos cuentos: en España tampoco habría ido a la cárcel porque las normas que protegen a la gente de mayor edad son más drásticas que en Chile.

¿Ha tenido noticias de él?
Ninguna.

Si muriera ¿Usted tendía que ir a su funeral?
No creo, desconozco el protocolo.

Debería plantearse el tema mire que para nadie es noticia que el general está encargado hace rato ya...
Cuando las cosas ocurren hay que plantearse los problemas. Generalmente yo lamento el fallecimiento de cualquier persona y voy a los funerales de mis amigos o de sus familiares y el señor Pinochet no cabe en esa categoría. Yo recuerdo haber estado con él tres o cuatro veces en toda mi vida, a pesar de que a él le gustaba mucho conversar conmigo sobre los temas limítrofes, sobre Laguna del desierto y Campos de hielo. No creo que el general Pinochet tenga algún amigo dentro de este gobierno, el punto es que si alguien debe ir por razones protocolares y en representación del gobierno, ciertamente no sería yo.

¿Cómo recuerda la UP?
Con cierta angustia. Sentía que estábamos metidos en algo difícil. No lo recuerdo como un período alegre de mi vida. Sentía que pasaban cosas malas, como efectivamente estaban sucediendo. No disfruté el gobierno de Allende, solidaricé con él y trabajé con él.

¿Cómo rescata la figura de Allende?
Voy a poner un cuadro del presidente Allende en La Moneda el día doce de septiembre. Siento gran admiración por él porque fue un presidente republicano, leal con su pueblo, un héroe para este país. Un héroe es quien, finalmente, entrega todo por sus ideales y uno tiene muy pocas oportunidades en la vida de hacer algo trascendental. Su muerte fue un acto de heroísmo, no estoy seguro de que yo estaría dispuesto a hacer lo mismo.

Se comenta que usted, junto con Gazmuri, eran los minos de la UP...
Lo de Gazmuri no me consta, pero en lo que a mí respecta hay mucha mitología en eso. Yo miro algunas fotos mías de ese tiempo y digo, pucha ha pasado el tiempo, pero no me iba bien, me iba como a los demás y muchas veces me dijeron que no.

Pero ¿era peineta?
Era peineta aunque un poquito pelado ya. En la universidad se me empezó a caer el pelo.

¿Cuándo engordó?
En el colegio ya era gordo; a mí me decían guatón, chancho, vaca y todas las cosas que se le pueden decir a los gordos.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Lo que no se vio de Yingo

¿?

Por Lorena Penjean

Catalina Palacios y Karen Paola lloran como Magdalenas. Hotuiti no consigue mirar la cámara que los productores le indican. Giovanni Canale, coordinador de piso y otrora rostro de televisión, sueña con volver a estar al otro lado de las cámaras. Camila trata a Kneza de poco hombre. Él le responde que es una tonta. Y vamos picando. Qué dijo el otro. Arenito se ha puesto un respingador de nariz. El guardia encargado de la seguridad recuerda las palabras de su esposa que le reclama porque pasa mucho tiempo en el canal. Afuera, Nicole, presidenta del fun club de Rodrigo “Gallina” se congela esperando entregarle una torta a su ídolo. Yingo es su vida, al igual que para Yocelyn, quien guarda la plata de su colación y hasta ha trabajado de garzona para hacer un lienzo a su adorado Lelo. Luces, llanto, autógrafos, chiquillos con nombres raros y fama. Yingo, el espacio juvenil que reemplaza a Mekano, y cuya tónica se funda en la competencia entre modeláis y populáis, comienza a las 18:45 pero la historia comienza antes. Pase y siéntese cómodo.

Modeláis contra populáis.
Con veinte centímetros menos y algunos kilos de más, los populáis se paran de igual a igual con los esculturales modeláis. Desafiantes y bien producidos parecen como sacados de los monitos animados. Y los niños del público mueren por ellos. Qué duda cabe, les sobra onda.

Acción. Todos bailan poniéndole harta cadera, colita y caritas. Nos enteramos que Arenito se puso respingador. También que uno de los integrantes no llegó ayer a dormir a su casa. Pero no bien pasan tres minutos Catalina Palacios lo anuncia: no todo es color de rosa en este programa. Y empiezan los enfrentamientos. Que Hxcorito con tal, que Gussy con otra. Hablan de cinismo. Se acusan de tratar mal a los fun, de insultarlos, de cortarles el teléfono, de botar los peluches que les regalan e irse fondeados con tal de no encontrarse con ellos. Fea la actitud.

A Gussy, la chica de populáis que representa a las gorditas, se le enrostra haber cambiado. “Se te subieron los humos a la cabeza”, le dicen. “Es obvio, sostiene fuera de cámara- ya no hago lo que hacía antes, por ejemplo, ya no me tomo una chela en la plaza porque tengo una imagen que cuidar. Quiero representar a todos los jóvenes que creen que sus sueños están perdidos. Yo quiero decirles que no, que se pueden alcanzar. Mírenme a mí”.

Luego, todavía al aire y luego de 30 minutos de enfrentamientos, Carol Dance sorprende a Arenita con una sentida declaración: “Estoy enamorado de ella”. Giovanni escucha las indicaciones que Alex Hernández, el director del programa, le dan por el “interno” y hace gestos para que la animadora alargue el momento. Está marcando bien. El populáis se lanza con todo. “Sé que la amo porque cuando no está siento que me falta algo, porque la necesito, porque soy feliz a su lado, porque ella es mi otra mitad”.

No llores, Cata.
Silencio. Música de pianito. Giovanni Canale hace más señas. Alarguemos. Si a eso le sumamos el llanto de Karen Paola, que se emociona porque ve reflejada su propia historia de amor televisada en MeKano, y la catarsis de la animadora, que se pone a llorar cual Magdalena, estamos frente a un programa “lleno de emociones”. Un éxtito. Catalina explica, con la voz entrecortada: “A veces uno cree que el amor no existe, que estas cosas no pasan. Y en este medio que es tan difícil… Y no solo este medio: la vida es difícil… entonces encontrar el amor es maravilloso…”. Luego Hotuiti también se sube al carro de las sentidas declaraciones pero sin mayor éxito.

Corte. Nos vamos a Comerciales. Karen y Catalina corren a camarines. Están afectadas.
Los técnicos comentan lo respingada que está la nariz de Arenito: “La debe tener morada”. Ríen.

Yingo es mi vida
Nicole tiene dieciséis años y es la presidenta del fun club de Rodrigo “Gallina”. Como todos los días ha llegado hasta Chilevisión para entrar a Yingo. Pero hoy es un día especial, hoy ha venido con una torta para celebrar el cumpleaños de su ídolo. Pero no sabe si la dejarán entrar. Cruza los dedos para que así sea porque el único sueño que tiene en la vida es lograr que su homenajeado sea feliz. La felicidad de Rodrigo es también la suya. Está enamorada y pese a todos sus esfuerzos no sabría decir si tiene alguna posibilidad. Tampoco se hace ilusiones.
“Mi mamá está feliz con todo lo que hago porque prefiere que venga a Yingo en vez de que esté en la calle robando o drogándome. O sea, si yo soy feliz ella es feliz”. En resumen, si Rodrigo es feliz tenemos a Nicole y por rebote a su madre feliz.

Cerca de ella está Yocelyn Parra, también de dieciséis años. Ella es presidenta del fun club de Lelo, un chiquillo de pelo, ojos y uñas coloridas de populáis. Ahora está empeñada en juntar dinero para mandar a hacer un lienzo en homenaje a Lelo. También para celebrar su cumple. Pero le ha costado. Ha tenido que sacar de su bolsillo, de la plata de su colación. El otro día incluso trabajó de garzona para lograrlo. Pero es recompensada: cuando termina el programa Lelo deja que lo acompañe en el metro. Cuando a Lelo lo tratan de gay, ella, toda chiquitita, se arma de valor y bien choriza los enfrenta: “¿Qué te pasa con el Lelo? Yo soy su fan así que no le grití huevadas”.

Acción
Camila, -la pequeña Raquel Argandoña del programa, la misma que afirma que goza cuando la abuchean, que prefiere que no la quieran a pasar desapercibida, que todavía no termina la enseñanza media y cuyo sueño es ser panelista de algún programa de farándula-, comienza el drama de hoy afirmando con virulencia que no le da más de un mes a la pareja de Carol Dance con Valentina. Igual mala onda. Los chicos se proyectan como pareja.
Y vamos de nuevo. Qué dijo el otro. Camila no aguanta el juego que ella misma creó y sale llorando. Se encierra en su camarín. Una productora va a consolarla.

Afuera, los niños de la torta siguen esperando. Les han anunciado que sólo dos podrán entrar. Son seis. Nicole está asegurada: ella compró la torta. Queda sólo un cupo. Silencio. Oscurece. Hace frío.

Una bolsa con espuma
Giovanni Canale, ex conductor de “Interferencia, tu hora total”, pasó de ser rostro de tevé a ser coordinador de piso de Yingo. Y entre que escucha las indicaciones que Alex Hernández le da por “interno” y dirige en terreno toda la “parte técnica y artística”, reflexiona sobre el alcance del programa. “Yingo es la historia de un grupo de jóvenes cualquiera con la salvedad de que es televisada”. Su objetivo: “sensibilizar, explicarle a los cabros que hablando se pueden solucionar las cosas no sólo con la descalificación gratuita sino que por medio del diálogo”.

Si bien Giovanni se siente cómodo trabajando, hay días que se siente cansado. Lo agota trabajar con chiquillos, controlar su efervescencia, lidiar con sus egos. Pero a su favor tiene la experiencia de haber saboreado la fama. “Tuve mis quince minutos”.

Y también tiene un sueño. Pese a que siente que recibió todos los aplausos que tenía que recibir, la verdad es que le encantaría volver a tener pantalla, entre otras cosas por un asunto de ingresos: “Estar frente a cámara rinde más que estar detrás de ellas”.

Mientras eso suceda, Canale guía a sus pupilos explicándoles que la fama es como una bolsa con espuma que puede estar llena, que puede subir o desvanecerse dependiendo de la verdad del trabajo. “Como en la teoría de Stanislavsky, se trata de buscar la esencia del personaje en ti, de trabajar con verdad”.

El programa sigue. Camila permanece aún encerrada en el camarín. Afuera, los cuatro niños que no pudieron entrar están desconcertados. Una niña llora. Otro duda: “¿Y si nos vamos para la casa? Estoy congelado, nos vamos a agarrar una pulmonía si seguimos aquí”. Todos lo reprueban con la mirada.

Doble turno
Un guardia de seguridad contiene a los chicos del público que gritan, lanzan peluches y piden autógrafos. El hombre llegó a las 7:30 de la mañana. Saldrá cerca de las 12 de la noche. Es que le ofrecieron doble turno y aceptó: 14 mil pesos extras no dejan de ser. Entre el griterío del público recuerda a su esposa, quien le reclama porque pasa demasiado tiempo en el canal: “qué quieres qué haga, necesitamos la plata”, se disculpa. Pero mientras las chicas bailan en el escenario algún regeatón, el guardia sonríe tímidamente: si todo sale bien, en octubre terminarán las peleas con su mujer. En octubre volverá a trabajar en las imprentas de un diario. Le pagarán mejor, tendrá más tiempo y estará haciendo lo que le gusta. “Las máquinas son bacanes”.

En ese momento Camila vuelve al plató amurrada. Sus ojos están rojos, mitad por el llanto, mitad por la rabia. Giovanni escribe en un pizarrón las indicaciones para los animadores. Hotuiti se va a comerciales mirando la cámara equivocada y afuera, los niños se congelan.

Corten
El programa ha terminado. Algunos populáis se quedan firmando autógrafos. Los modeláis partieron soplados. En camarines, una niña con cáncer invita a Cata Palacios a su cumple. Ella guarda la invitación en su parka y se despide de ella con un mega abrazo. En el casino, mientras todos están con sus grupos, Camila come sola. Dice que lloró y se fue del estudio porque prefirió eso antes de “dejar la cagada”. Por su lado pasa un grupo feliz. Ella mastica con desgano.

El reloj marca las nueve. Giovanni revisa la pauta de las grabaciones que empiezan en unos minutos. El guardia ordena la salida del público. Aún le quedan cerca de tres horas de trabajo. Nicole entró con la torta. Sus amigos siguen afuera. Ahora sí que hace frío. Se quedarán hasta ver a sus ídolos, aún así llegue la medianoche. Ya está decidido.

Valentín Trujillo, pianista: "Por Mario soy capaz de mentir"

Estos son los primeros días de Valentín Trujillo sin Sábados Gigantes, programa en el que trabajó por más de cuarenta años y en el que forjó una entrañable amistad con “Don Francisco”. La desición fue dolorosa pero un cáncer a la vegiga lo obligó a tomarla. Hoy le dedica más tiempo al piano. Incluso grabó villancicos con Cristián Cuturrufo. Acá el pianista de la tele amigo de Volodia Teitelboim, el tío Valentín del profesor Rosa, un encanto de hombre que en medio de esta conversación nos regaló un par de melodías.

¿Cómo le va sin Sábados Gigantes?
Me voy a destetar este sábado cuando salga el homenaje que me hizo Mario en Estados Unidos. Ha sido una decisión muy dolorosa pero he vuelto a nacer. Sobreviví a un cáncer y amo la vida, por lo mismo debo cuidarme... Lo del cáncer me hizo sentir una rabia muy grande porque no se puede culpar a nadie...
Usted no cree en Dios, así es que mal podría culparlo...
Qué culpa tiene el pobre flaco... Arquímides, 300 años antes de Cristo ya decía que los hombres debemos buscar otros motivos que no sea Dios para echarle la culpa de nuestros males.
Pero da conformidad...
No nacen guaguas comunistas, ni cristianas, ni nada. Menos mal que suspendieron el limbo porque era una pena que gente creyera en él; cualquier persona con cierto equilibrio mental se daba cuenta de que era un absurdo.
¿Qué le parece esta polémica del humanismo cristiano, cuando se le acusó a Bachelet de ser atea?
La palabra ateo asusta a la gente, como si se hablara del diablo. Esta polémica no resiste mayor análisis si pensamos que Lagos, sin creer en Dios, es el mejor presidente que yo recuerdo desde que tengo uso de razón. Y eso que yo he visto hartos presidentes. El país ha tenido seis años muy buenos con Lagos, no precisamente de infierno. Los 17 años de dictadura sí que lo fueron. Fue una época de terror y todos los que mandaban eran cristianísimos, catolicísicmos, de misa todos los domingos y capaces de cometer los crímenes más horrendos, los robos más increíbles, los atropellos más espantosos y con una ambición de poder ilimitada.
¿Cómo vivió la dictadura?
Con todos los adjetivos que puede mencionar un ser humano sin libertad.
A usted lo echaron del programa Pin Pon y antes de eso debió hacer algún programa con militares armados en el estudio...
Es cierto. Es un capítulo que con Jorge Guerra hemos narrado ya muchas veces. Más vale la pena olvidarlo no por mí, sino que por vergüenza de aquellos que hicieron ese papel.
Pero siguió en Sábados Gigantes...
También estuve suspendido y gracias a un amigo que se llama Mario Kreutzberger pude volver. Me destituyeron de mi cargo de profesor, a mi mujer que era profesora del Manuel de Salas también, a mis hijos también los expulsaron. Víctor Jara también tenía a su hija Amanda en ese colegio.
¿Lo conoció?
Mucho. Era talentoso al máximo, cultísimo. Su muerte, como toda muerte de personas jóvenes, me produjo mucha tristeza porque fue con los horrores más espantosos, con la cobardía más grande. De esos que participaron en los 17 años de terror, hay muchos que hoy apoyan al candidato de derecha. Y pasan piola. Porque aquí hay un candidato de derecha y una candidata de centro izquierda y el que no lo quiera ver así es que no sabe o no quiere reconocer cuánto son dos más dos. Hay muchos de estos que incluso llegaron a ser senadores designados...
Entonces usted no compra eso de que nadie sabía nada...
Es penoso escuchar una declaración así porque corresponde a gente que quiere pasar por imbécil no siéndolo. Echo de menos los párpados en los oídos para no escuchar tanta barbaridad. Lo que sucedió en esos años fue sólo comparable con la matanza de Santa María, con el palomeo de rotos.
¿Por qué tuvo tantos problemas?
Al ser amigo, por ejemplo, de Volodia Teitelboim, de Víctor Jara, de los Parra, como que me matriculaban en el partido político. Saludar a José Balmes no es sólo un privilegio pero yo no tuve militancia alguna, no tenía tiempo. Sí he sido sindicalista, también fundador de la SCD que cumple años este sábado 6 de enero.
¿Qué le provocó lo que sucedió con Volodia y su ex hijo, ahora Claudio Bunster?
Bueno, Volodia se comportó como el ser humano que es, no como padre porque no lo era y tampoco cumplió esa función porque su vida fue errante, perseguida, peligrosa. La reacción de Bunster era sabida por mucha gente y me pareció un tanto delirante, histérica. Esto que pasó se vio como un escándalo, como si fuera la primera vez en la historia que a alguien le ponen los cuernos.
DEL CARADURA DE PABLO RODRÍGUEZ GREZ
¿Cómo era hacer Sábados Gigantes en ese tiempo?
Artistas vetados, música vetada, todo lo que oliera a zampoña o charango, como dijo un militar... fueron once años de toque de queda... la gente tiene una memoria desgraciadísima... los músicos populares perdimos toda fuente de trabajo. Afortunadamente se ha dicho que nunca más.
También hay quienes plantean que hay que dar vuelta la página, dejar atrás el pasado y mirar hacia el futuro...
Es re fácil cuando a uno se le pierde el gato o se le muere el canario y tú vas y compras otro pero hablamos de mujeres que perdieron hijos, padres de familia que fueron sacados de sus casas, ni siquiera en combate porque el combatiente corre la suerte del combatiente. Incluso muchos creyeron en el que nada hace nada teme y se fueron a presentar. Y todavía no se sabe de su paradero. Es horroroso y nadie, absolutamente nadie ni vestido de milico, ni de cura, se scout ni normal, nadie tiene la moral para decir a una madre que se olvide de su hijo. A mí me irrita ese pedido. Tal vez suceda cuando todos los que vivimos ese horror hallamos dejado este mundo.
Usted hablaba de los que hoy pasan piola…
Y para qué hablar de los defensores que tiene el dictador. Pablo Rodríguez Grez ha pasado piola ¡El creador de Patria y Libertad!... bombas, crímenes... asilado muerto de miedo en la embajada de Ecuador en uno de estos tantos ensayitos que hicieron. Él, Pablo Rodríguez Grez, hablando de una campaña del terror...
El burro hablando de orejas...
Es que hay que tener una cara dura...
Bueno, no por nada la UDI se desentendió del que le conté...
Es que a Lavín no le quedaba bien el traje de pinochetista para ser candidato popular. Ahora, la UDI tiene un masoquismo extraño. Resulta que el candidato de Renovación Nacional, que surgió recién en mayo tumbó a Lavín, y vamos a apoyarlo, los mismos que se dijeron cuánta cosa. Borrón y cuenta nueva. Qué facilidad más grande para aplicar borrón y cuenta nueva tienen estas personas. Son los mismos de siempre que quieren pasar piola. Y la justicia igual de lenta. Espero que no me de otro cáncer para saber de algún otro que va a declarar a los tribunales.
Igual Piñera es como más de avanzada, por lo menos así se planta, recalcando que votó que no, que no es de los mismos...
Yo conocí a su padre. Un hombre buenísimo, un diplomático brillante. A Miguel, para qué decirle, el "luna llena" lleno de música, alegría y fiestas pero a él, a Sebastián, lo he visto sólo tres veces. Es un brillante empresario pero aquí se está jugando algo muy importante. No basta con convocar a todas las especies humanas posibles: pepedés arrepentidos y decés arrepentidos, esperando una especie de milagro que no ha sucedido en ningún lado.
¿Cuál?
Yo estuve 20 años en el país más importante del mundo, en EstadosUunidos y supe de gente que se muere de hambre. Ya lo decía Ronald Reagan, el actor más malo en su peor papel: la gente que tiene hambre sabe dónde ir a pedir. Algo de eso hay. El ofertón es fantástico. Si alguien tiene la boca tan grande como para tragarse esa rueda de carreta, que le haga empeño con un poquito de agua porque la verdad es que cuatro años no son suficientes para aliviar todos los dolores de una sociedad.
Y la candidata...
La he visto dos o tres veces. Creo que es el tiempo preciso que en este país tan machista una mujer sea presidenta. Más si es talentosa, madre, hija de un dolor tremendo, de un general asesinado, y en la que no ves odio. Es una suerte tener ese nivel de mujer de presidenta. El día 11 voté por ella y el 15 haré lo mismo.
Déme un pronóstico...
6 u 8% a su favor, a menos de que esté viviendo en otro país que no tenga historia, memoria, sensibilidad. Me gustaría ver a esas barras locas de los estadios peleando con la misma fiereza por tener un sindicato o por tener trabajo. Me encantaría escuchar sus gritos desentonados y desabridos peleando por sus derechos, por una educación digna. Hoy, por ejemplo, leo con espanto que algunas universidades cobran casi 400 mil pesos mensuales por estudiar. Me gustaría que el cardenal Errázuriz lo haya leído, de lo contrario, yo mismo se lo enviaría, con todo respeto, para que lo leyera y dijera algo más que aquí hay que votar en conciencia. Nadie lo acusa de intervención a él...
YERUBA Y EL ACOSO DE MARIO
Don Francisco botó a Yeruba por algo de unos videos pornográficos...
No fue Mario, fue decisión del canal y fue por un videos con algún desnudo, ni siquiera de él, titulado "Una noche en la laguna de Aculeo".
¿Lo vió?
Hay que saber en el lugar que se trabaja. Hoy, en el año 2006, la Pontificia Universidad Católica es dueña de un canal en el que no se transmiten las campañas del condón ni del sida. Imagine lo que pudo significar un video así. E insisto, no fue Mario, fue el canal. Defiendo a Mario porque si me apuras un poco sería hasta capaz de mentir por él. Sí, mentiría por salvarlo de cualquier situación incómoda. lo haría porque es mi amigo, por agradecimiento, por la lealtad y la tremenda unión que tenemos. Retirarme de Sábados Gigantes me produce un terrible dolor y lo estoy echando mucho de menos.
Después de lo que me dice para qué le voy a preguntar del acoso a la modelo...
La denuncia de acoso ocurre cinco años después del supuesto momento en que la niña se sintió acosada. La ley del acoso hoy se ha suavizado bastante a raíz de la gran cantidad de abusos que se cometieron. Yo respeto mucho a los abogados, menos a uno que ya te nombré, pero lo cierto es que hay quienes se prestan para todas estas cosas. Afortunadamente la empresa se comprometió con él y puso su staff de abogados que luego de un pleito larguísimo dejaron en nada la denuncia de la señorita.
Pero el tema quedó con un manto de misterio, como que nunca más se habló del tema.
Esto no es lo de Michael Jackson. Además, la modelo no era la más agraciada, y Mario es un hombre al cual acuso de muy buen gusto… en este caso no creo que haya apuntado para abajo…

Dicen que “Mario” fuera de pantalla es más bien hosco…
A Mario le basta la luz de un fósforo para transformarse en el animal de escenario que es. Es una bestia en el escenario que se alimenta del aplauso.
DEL GURU GURU, LOS QUINCHEROS Y EVO
Hay quienes sostienen que usted desperdició su talento en Sábados Gigantes en circunstancias que pudo haber sido un gran concertista…
Habría sido uno más del montón porque a mí la música popular me atrajo desde joven, en especial la de un compositor que se llama George Gershwin, un hombre progresista, comprometido y que compuso, en el año 1935, una ópera sólo para cantantes líricos negros que no tenían ninguna oportunidad de hacer Carmen ni nada parecido. Él ha sido el espejo en el que he intentado mirarme.

¿Pero no le hubiese gustado brillar con más luces propias en vez de ser el pianista de un programa de televisión?
Creo que le he hecho más beneficio a la música popular que a la música selecta.
¿Cuántas canciones se sabe?
Menos de los pelos que tengo en la cabeza… por cierto que sé muchas, pero son más las que desconozco.
¿Quién es el peor artista al que ha acompañado?
No he llegado tan bajo y eso que yo acompañé a muchos curaditos en las quintas de recreo, porque yo no nací sentado en un piano en el Canal 13.
¿Quién es el mejor músico de Chile?
Claudio Arrau, sin duda.
¿Qué le parece que la democracia le haya pasado la cuenta a todos los artistas que brillaron en dictadura?
No tendrían por qué quejarse porque vivieron 17 años de jauja. Hay otros, que si bien no piensan como yo, son para mí artistas absolutamente respetables como Los Quincheros, gente muy profesional. Mira lo que estoy diciendo: me sacaron de gira para evitar que me pasara algo después del golpe. Fueron muy buenos amigos y yo sería un malagradecido si no lo contara aquí, en The Clinic.
¿Cómo era su vida en Miami?
Tal cual como es en Chile. Como no hablo inglés me hice de un viejo que vendía diarios y otro que tuviera una botica que me vendía de todo, incluso unas pastillas azules tan sólo por ocho dólares.
Yo pensé que era más glamorosa ¿Cuál es el chiste más cruel alguna vez hizo don Francisco a un participante de Sábados Gigantes?
Bueno, es muy picarón pero yo sólo sé decir buenas palabras de los amigos. Además, lo encuentro casi pefecto.
Usted también trabajó con el Profesor Rosa…
Fue muy lindo porque yo tuve una infancia llena de deberes y obligaciones, de mucho trabajo, entonces Iván me vistió de buzo y zapatillas y me hizo tirarme al suelo, me puso al lado de explosiones y me hizo pelear con el pajarraco.
Lo mejor fueron los videos del making off…
De los garabatos.
Sí, nada mejor cuando usted le dice al guru guru pájaro tal por cual y amenaza al Profesor Rosa con irse donde Marcelo…
Lo que no me gustó a mí es que se hiciera público porque nadie estaba autorizado para mostrarlo.
Pobre Guru Guru que después estuvo en la cuerera por drogadicto…
Pero ha salido adelante. Mira lo que pasó con Maradona.
Hay un mito que dice que usted también era bueno para pegarse en la pera…
¿Pegarse en la pera?
Puede que se lo haya planteado de manera muy coloquial pero es que no sé cómo preguntárselo sin ser irrespetuosa… mala la periodista…
Por favor.
Pegarse en la pera es como agacharse… a ver, imagine el gesto…
Ah, usted se refiere a drogas.
Sí.
Nunca, ese es un mito, sólo falta que me digan que soy maricón. Me han inventado muchas cosas, entre ellas esto de las drogas y el trago. Incluso me han visto salir curado de lugares y no es efectivo.
¿Y vio gente drogarse?
Por Dios, si la droga no es un tema nuevo. Le hablo de muchos años atrás cuando la droga era usada sólo por gente que ganaba mucho dinero y estaba reservada para grandes actores o médicos. La droga de los músicos siempre fue el trago.
¿Qué espera para este año?
Mira, después de lo que viví usted comprenderá que vivo el día a día. El cáncer es muy lesionador y aleccionador. Yo no puedo proyectarme. Si a mí, después de los 54 días que pasé en la UTI alguien me hubiera planteado la posibilida de recuperar mi salud le hubiese respondido que lo doy todo. A mí déjenme en la calle sin nada, desnudo y de ahí yo empiezo de nuevo.
Pida un deseo para Chile.
Un gobierno de una mujer, un gobierno que estoy seguro, será un éxito. Otra cosa, es muy probable que el gobierno de Evo Morales sea malo pero después de 500 años es el gobernante más justo que puede tener un país de indígenas. Creo que lo hará horriblemente mal porque no está preparado pero es el primero con sangre indígena y es una experiencia hermosa, hay que ayudarlo.
Muy hermoso podrá ser pero los bolivianos no están para experimentos…
¿Qué más pueden pereder los bolivianos? Es un pueblo pobre como un país de áfrica pero de paz... yo quisiera que se conversara con ellos y se viera una salida al mar. Me parece muy cruel pagar los errores bélicos de mi bisabuelo y ellos lo están pagando. Hay que ver cómo se puede dar salida al tema del mar sin lesionar la soberanía, un trueque, un tratado por 99 años… Si estamos entre seres humanos… nos falta humanidad. Hacen gárgaras con el humanismo cristiano y lo practican nada. lo mismo que hacen con la palabra democracia.

Raúl Ruiz, el cineasta incomprendido: Chile me hace cosquillas

De casas de putas a codearse con la Deneuve, del restaurante El parrón al Festival de Cannes, Raúl Ruiz no se inmuta y, hablando despacito, nos concede esta entrevista en un hotel del centro de Santiago. Le duele la espalda, se siente un poco cansado y representa más de los sesenta y dos años que tiene. También padece de diabetes y no puede comer pan, pero sí puede tomar vino. Según cercanos al cineasta, Ruiz es seco para empinar el codo, cosa que niega en esta entrevista –también me advirtieron que era mentirosillo-, aunque reconoce que en Chile se cae al frasco contagiado de tanta angustia. El regalón de los críticos franceses no filma en Chile puesto que no hay quien le asegure una buena producción y en definitiva, parece que Chile le gusta pocazo. Que los chilenos somos envidiosos, huachacas y pesados, sentencia. Hasta acá llega para visitar a su madre y amigos, nada más. Desde octubre de 1973 vive en Francia, país donde ha podido desarrollar su genialidad exitosamente. Antes de partir al exilio, participó activamente en la UP y le provoca la idea de hacer una película sobre el ambiente criminal que se respiraba y que se iba a llevar a cabo por la derecha o la izquierda: “menos mal que fue la derecha”, asegura. Raúl Ruiz dirige la entrevista como una de sus más de cien películas, saltando de un tema a otro, pasando por encima de cualquier linealidad. Aquí, la conversación con la lumbrera del cine sesudo, con el realizador que no acepta invitaciones en Chile porque siente que lo tratan con hostilidad y que de adolescente se propuso escribir cien obras de teatro antes de cumplir los dieciocho años. Y las escribió.

Yo me lo imaginaba tomándose una copita de vino...
A partir de las siete de la tarde tomo una copa de vino. Soy una lata, muy regular, de lo contrario no podría vivir. Este año he hecho seis películas y una ópera, más la novela que escribo siempre.

¿Cómo es su vida regular?
Todos los días igual.

¿No se aburre?
No porque leo muchos libros.

¿No le dan ganas de llevar una vida impredecible?
Ya la tuve y me aburrí. Todo lo impredecible a la larga se transformó en predecible.

¿Qué le gustaba más de su vida impredecible?
Lo que tenía de regular. Yo me lo pasaba aquí al frente (Alameda) en El Bosco, conversando.
¿Se considera fome?
Llevo una vida fome, cosa que está muy bien.

Imaginaba que llevaba una vida entretenida...
Depende del punto de vista. Acá en Chile una vida como la mía no es fome, por el contrario, parece una vida llena de aventuras, donde uno toma un avión y puede agarrarse todo tipo de virus, llega a países donde te pueden meter preso porque hay irregularidades en el pasaporte o ir a África donde te puedes agarrar una buena malaria, como ya me pasó. Todos los aventureros que he conocido eran como yo, unos señores gordos que tomaban gin, tenían un hoyo en el cuerpo y tenían malaria.

Entonces su vida nunca ha sido agitada...
Nunca. Cuando era más impredecible era otro tipo de regularidad, era ir al Bosco y estar hasta las cuatro de la mañana conversando. Finalmente, era una vida tan regular como acostarse a las ocho de la noche.

Me habían ducho que usted era bueno para empinar el codo...
No, esas son invenciones chilenas, puesto que acá, cualquiera que hace algún trabajo artístico debe tener alguna anormalidad.

Puro mito entonces...
Todos los mitos tienen algo de realidad. La mayoría de la gente que propagó ese mito tomaba más que yo.

Y yo que pensaba preguntarle si conocía algún remedio para la resaca...
Hace treinta años que no tengo una resaca, salvo en Chile, porque cuando vengo para acá absorbo la angustia del país y me pongo a tomar como todos los chilenos. A eso de las doce del día me dan ganas de tomarme una pílsener, a parte de eso, nada más.

¿Por qué será que sólo en Chile le dan ganas de tomar?
Porque hay mucha angustia. No sé si la gente en Chile está mal o está estupendo, pero siente angustia igual. Ni en Rumania... mi última película la hice allá y la próxima, que se va a tratar de Chile, espero que también sea así.

¿Por qué no la hace acá?
Acá no encontré a nadie que me pudiera dar un mínimo de garantías de organizar la producción. La película que haré en Rumania se tratará del Chile de los años treinta, cuarenta. También quiero hacer otra película, una que trate de cómo encontrar a Chile en Rumania.

Usted decía que se angustia en Chile...
Sí, porque me trago la angustia de los demás. Chile es un país que padece del complejo de Segismundo, de “La vida es sueño”. Este país se cree el príncipe que fue injustamente despojado de su poder, de la corona. Eso no se da sólo en Chile, sino que en toda América Latina: todos los latinoamericanos se sienten príncipes despojados de su corona y se sienten angustiados más bien porque les quitaron la corona y no por los que les ha pasado, no porque viven en una sociedad injusta, no porque viven una miseria enorme. La angustia es causada sobre todo, porque sienten que debieran ser reyes y no lo son. Es una forma de envidia. Por ejemplo, el portero de acá lee en el diario que el Papa fue a esquiar a Suiza y se pregunta “por qué el Papa y yo no. Por qué el es papa y yo no soy Papa”.

Pero cualquiera se pregunta...
Eso no es normal: es chileno. Los seres humanos saben que una serie de circunstancias muy complejas hacen que el Papa sea Papa y que, de todas maneras, no todo el mundo pueda ser Papa. Los chilenos todavía no saben eso.

LONGUEIRA EL SENTIMENTAL
A usted le gusta o no venir a Chile?
A cada cual su cruz. Uno se acostumbra. Parece que Unamuno era el que decía: “me duele España”. Yo digo que Chile me hace cosquillas.

A parte de angustia ¿qué más le provoca Chile?
Hay cosas positivas como la capacidad de deconné, que en chileno no tiene traducción correcta. Vendría siendo algo así como revolverla, reír, echar el pelo, huevear. Me gusta el Chile más anodino, ese del chileno deslavado, apocado, que quiere hacer todo bien y le sale todo mal. El Chile que tira para arriba o el revolucionario me parece un poco falso. Prefiero el roto acaballerado, que el caballero arrotado. Ese era mi punto crítico con The Clinic, pero por otra parte lo leo.

¿Está muy afrancesado?
Me demoro una semana en volverme chileno, aunque Valeria, mi señora, dice que me demoro un día. Cuando me vuelvo chileno me pongo machista, pesado, huachaca.

¿Se siente venerado en Chile?
No, por el contrario, siento una especie de hostilidad. Yo no me atrevo a asistir a ninguna invitación porque al principio son simpáticos conmigo pero después del charquicán empiezan a tratarme mal.

¿Por qué lo tratan mal?
No lo sé, pero es así. Eso en mis tiempos se llamaba hacer la chillaneja, primero ser amable y después un botellazo. Luego uno se disculpa y cuando lo tienen tranquilo le pegan otro botellazo. No acepto invitaciones y la verdad es que casi no me llegan.

¿En qué se diferencia el Chile actual del que usted dejó después del golpe?
Chile no ha cambiado nada y puede volver a ser lo mismo de nuevo varias veces. El primer shock que tuve cuando volví a Chile el año 82, después de casi diez años de exilio, fue darme cuenta de dos cosas. Una, que el país había sido siempre así, que los militares no habían hecho nada más que hacer evidente una cosa que ya estaba antes. Lo otro, es que Chile era anterior a cuando me fui el año 73. En esa época Chile era un país casi futurista y cuando volví me encontré un país de los años treinta, con afiladores de cuchillos, vendedores de helados y gente que vendía frutas cantando, como lo que nos contaban nuestros padres de Chile cuando era bonito. Yo no lo encuentro bonito, pero la gente que ve mis películas hechas acá opina lo contrario. Un amigo francés me dijo: “tú nos habías contado todo sobre la manera de ser de la gente, pero no nos habías contado que Chile era bonito”.

Usted dice que Chile no ha cambiado pero, por ejemplo, el socialismo del que usted participó no debe ser el mismo de hoy...
De alguna manera sí. Todos esos ataques de todo el mundo contra todo el mundo por eso de los mails, bueno, en ese tiempo no había ni mail, pero pasaba en los cafés. Todo el mundo se acusaba de las cosas más raras, se acusaban de traición, se vivía un delirio completo. Algún día quisiera hacer una película de cómo era Chile en esa época, de cómo lo viví, porque tiene muy poco que ver con lo que la gente dice que era Chile en los setentas. Estaba muy lejos de ser una pesadilla, pero había un clima de crimen que se iba concretar por la izquierda o por la derecha. Menos mal que fue la derecha.

¿No era una pesadilla?
Un amigo dice que antes de todos los grandes cataclismos se empieza a ver gente desnuda por la calle. Efectivamente, a partir del invierno de ese año, vez que salía a la calle veía gente desnuda. Un día vi a un caballero vestido de mujer, un travesti, entrar al Bosco y unas veinte personas lo salieron persiguiendo. Mientras lo perseguían, el travesti se desnudaba, y después, inexplicablemente, apareció vestido de hombre. ¿En qué momento encontró la ropa para vestirse de hombre y volver?. Eso fue muy raro.

¿Supo lo de Tunick acá en Santiago?
Yo desconocía esa vocación nudista de Chile, un país tan púdico. Parece que todos estaban conversando, que les faltaba solo la copa de vino y la empanada, hasta tal punto que el gringo dijo: “esto no me sirve”.

Entonces el socialismo es más o menos el mismo que el actual...
El socialismo tampoco es el mismo, porque no existía el capitalismo de hoy, que era algo inimaginable para nosotros. Ahora bueno, tiendo a perdonar al socialismo actual. Yo era bastante severo hace cinco años respecto del socialismo renovado, pero pasan cosas tan malas en el mundo que conservar una idea de servicio social, cualquiera que sea, es casi un milagro. Hoy se ha transformado un lugar común decir que todo dinero que viene del estado es necesariamente una malversación, un robo, y ese es un ataque que quiere decir que solamente el dinero que viene de capitales privados en honesto y sabemos que eso no es cierto.

¿Ubica a Longueira?
Reconozco en él un lado Lucho Gatica que me inquieta, un aspecto sentimental y yo le tengo miedo a los sentimentales, recordemos que el hombre más sentimental del siglo XX fue Hitler y el que lo seguía se llamaba Mussolini. El sentimentalismo es a los sentimientos lo que es el kitch a la belleza.

PUTAS, MAFIOSOS Y LA UDI
Me dijeron que usted era putero.
Hasta los veintitantos lo fui. Hay que tener plata para mantener una vida así y yo no la tenía. A mí me fascinaban esas niñas, sobre todo porque eran muy parecidas a las niñas normales; se vestían como tú o como esta señorita que está al frente. Las putas de ese tiempo eran como mis primas, como mis compañeras de la escuela de derecho, hablaban de las mismas cosas y tejían mucho. Antes, las discusiones se seguían en los burdeles y no era necesario quedarse con las niñas, el asunto era de tomarse un trago.

¿Cómo son las niñas de ahora?
Hasta hace unos diez años, antes de irme a mi casa, pasaba a tomarme un agua mineral a una especie de cabaret. Junto a mí se sentaban niñas y yo las invitaba un trago. Como siempre tomaba agua mineral me decían don Vital.

De las casas de niñas a codearse con Laetitia Casta, la Deneuve...
No es lo mismo, las actrices que mencionas son como ministros que andan rodeadas de consejeros, de un verdadero gabinete. Tratar con ellas es tan simple y tan complejo como tratar con Ricardo Lagos.

¿Qué le parece el cine chileno?
Este fin de semana lo dejaré para ver algunas películas. A Chile yo vengo a ver a mi mamá, a viejos amigos. El nuevo cine chileno tiene mucho de la comedia picaresca española. Valeria, mi señora, me dice: “las películas latinoamericanas me parecen un horror pero las chilenas tienen una ventaja, que es que no se toman en serio”.

Leí que usted tenía unos mecenas mafiosos que le encargaban películas y se quedaban con la única copia...
Esas son injusticias, al único mecenas siciliano que tengo la mafia lo ha atacado montones de veces y hasta le ha puesto bombas en su edificio. Los mafiosos llegan hasta Frank Sinatra y Pavarotti, no van más allá. Yo soy demasiado complicado para los mafiosos; a mí me apoyan o los jesuitas o los comunistas o algún democratacristiano medio raro. La mafia es como la UDI o el Opus Dei, con la agravante de que se meten mucho más en las vidas de las personas.

Rafael Araneda, periodista y tío conductor: Nos sacaron la cresta

Recibió a unos de sus pupilos de Rojo, Juan David, cuando salió de la cárcel por estar involucrado en una supuesta red de microtráfico. El chiquillo venía sin cordones, con hambre, sin bañarse. Araneda lo abrazó. Juan David lloró como un bebé. Al poco rato, el joven estaba en pantalla reconociendo que era un drogadicto. Luego, el escándalo. Semanas después, en Rojo Vip, Rodolfo Navech lloriquea frente a las cámaras junto a su mujer asumiendo que tiene prostíbulos. Otra vez el escándalo. Nuevamente Rafael Araneda en la polémica. Sepa aquí más sobre este periodista de 36 años que saluda a todo el mundo amablemente, de su experiencia viviendo una semana en la población Los Nogales en plena dictadura, de cómo protestó contra ella, de cómo cubrió el caso “Impunidad diplomática” en sus tiempos de reportero, qué tan feroz es el medio televisivo y cómo pierde el control. Con ustedes, el denominado “yerno ideal”.

¿De lolo eras de la onda de los pantalones amasados?
Era ganso y puede que haya usado pantalones amasado un tiempo, con zapatos pluma.

¿Escuchabas “Filo Contigo”?
No, escuchaba a Los Prisioneros pirateados. Los poníamos en el recreo del colegio y mataban. La canción que me dices la vine a conocer con Miguelo, cuando trabajamos en “Corazón Partido” y en un comercial

¿Escuchabas a Oscar Andrade?
Sí, mucho, “La tregua” y “Noticiero crónico”. Tengo a oscar Andrade súper internalizado.

¿En los ochentas salías a protestar?
Pa’l Sí y el No, claro, de hecho me tocó hacer un centro de alumnos en la universidad Finis Terra. Fui presidente de la primera generación de esta universidad y los que íbamos por el No ganamos. Muy tímidamente armamos este cuento, fuimos muy respetados por Barahona, que en esa época era ministro de economía, también estaba Hermógenes Pérez de Arce y no tuvimos ningún drama. Eran personas muy abiertas.

Cuéntame de las protestas, si eran entretenidas, si...
De entretenido nada porque me tocó vivir una parte dura haciendo trabajo de fábrica por el colegio y viviendo en una población durante una semana. Era bravo, ahí tú te dabas cuenta que las operaciones rastrillo existían, que no eran un mito.

¿A qué población ibas?
A Los Nogales, muy cerca pasó lo de la Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas. Había un ambiente que oye, esto no era joda, no era fiesta. Nosotros andábamos con una carta del arzobispado en caso de, para explicar que como muchachos estábamos viviendo una experiencia.

Por si les pasaba algo...
Claro.

Cuéntame una jornada en la población...
A mí me tocó trabajar en Abastible, en la parte donde se pintaban todos los balones de gas. Me tocó acompañar a un obrero en todo el tema. Nos levantábamos a las cinco de la mañana, entrábamos muy temprano, tomábamos una micro que se demoraba mucho, había que marcar tarjeta, había que ponerse overol y mascarilla porque estabas en un ambiente químico y de lo contrario te ahogabas. Había que tomarse un litro de leche necesariamente por las leyes laborales y para no intoxicarse. Habían obreros que guardaban su leche para llevársela a su casa.

...
Tenías media hora para almorzar. Era gente muy agradecida, contenta de tener trabajo. Pero igual era duro. Uno sabía que estaba una semana y se iba para la casa, pero había gente que pasaba su vida así. Esa es la diferencia. Fue una experiencia bonita, nos hicieron mucho cariño y nos trataron muy bien. Hasta el día de hoy tengo conocidos ahí porque un amigo sacerdote fue párroco en Los Nogales, incluso algunos amigos de esa población fueron a mi matrimonio.

¿Qué te cuestionaste cuando viviste esa experiencia?
Tenía 16, 17 años y también viví una semana en una hospedería del Hogar de Cristo. Esas posibilidades te hacen darte cuenta de lo privilegiado que eres y te plantan en Chile, un país que pese a las estadísticas tiene una masa pobre con muchas necesidades, con sólo un 5% o un poquito más de gente que tiene la posibilidad de estudiar, de ser profesional. Yo tuve ese privilegio gracias al esfuerzo de mis padres, porque mi papá fue un hombre que trabajó desde los 17 años por necesidad y mi mamá dejó la universidad cuando se casó con él.

Me decías que andabas con una carta del arzobispado ¿sentiste miedo?
En ese tiempo uno sabía que la cosa no era tranquila, pero yo notaba más nerviosismo en mi mamá. Mi papá también, pero uno hoy, a la luz de todos los hechos, se da cuenta... debí haberle sacado más provecho del que le saqué a esas experiencias.

¿Por qué?
Porque cuando uno tiene esa edad está más impulsado por la choreza de, por la novedad, en el momento no cachai tanto, es algo distinto, pero hoy la dimensiono mucho más.

¿Sabías que la gente desaparecía?
Eso se sabía.

Te lo pregunto porque hay muchos que dicen que no tenían idea...
Se sabía, había discusión en todas partes. Yo no soy de esa gente que no sabía. Ahora, yo también estoy en la pará de que en este país en algún minuto se debe remar para el mismo lado. Si hay gente así, qué lata, yo no voy a empezar a apuntar con el dedo. Yo estoy consciente de lo que pasó.

¿Cómo fue tu juventud en dictadura?
Marcada por las protestas, porque se suspendían las clases. Cuando uno es chico casi que agradece que se suspendan las clases, uno no tomaba conciencia de que se suspendían porque había gente que se estaba jugando por temas importantes.

¿Qué tanto cambió tu vida cuando llegó la democracia?
En este punto es cuando uno valora a la gente que teniendo un buen pasar se la jugó por otros. En la universidad, cuando se vivió el plebiscito, te das cuenta de que era necesario un cambio, yo crecí con un modelo que no compartía y consideraba necesario que esta cosa se revirtiera. Me parecía absolutamente ilógico que un joven, con los ideales que uno tiene cuando es joven, pensara distinto, o sea, era como el afán idealista, esperanzador, que uno siente que puede modificar por sí solo y después te das cuenta de que no es tan fácil.

¿Te decepcionaste, como le pasó a muchos, con el tema de la alegría prometida?
Si la alegría se iba a traducir en dinero constante y sonante o en empleo como algunos pensaron, probablemente que ha ido llegando y paulatinamente. Es un proceso que no es de un día para otro, es un proceso más largo y que ninguna democracia lo ha conseguido en el mundo. En igualdad, en accesos a las oportunidades de un día para otro... estaríamos frente a un iluminado y en Chile todavía no lo ha habido. Pero sí creo que en otras cosas, como en la tranquilidad de poder expresarse, el país cambió. Tú te das cuenta de que hay un senador que fue procesado bajo el nuevo sistema, el presidente manda una carta a un diario, el diario se la publica, el presidente contesta y el país sigue igual. Los temas centrales pasaron a ser otras cosas; incluso la diversión puede ser importante porque hay tiempo, porque hay espíritu, porque no es necesario poner toda la energía en legitimar una forma de gobernar que era lo que se vivía en otra época.

DE LA OFERTA Y LA DEMANDA
Tú empezaste trabajando en La Red, en prensa. ¿Qué fue lo primero que reporteaste?
Algo del aumento de las exportaciones. Una lata. Y la nota me quedó como el ajo. Pero no importa, aprendí a hacer de todo... después vino el caso “Impunidad diplomática”, del libro de Martorell y Fernando Paulsen, que era mi jefe me mandó a mí a seguir a Spinoza Melo. Después vino el boinazo y ahí estaba Araneda parado en La Moneda.

¿Eras de los que te abrías paso entre todos periodistas y sacabas la cuña?
No, en lo de Spinoza Melo no. Fernando Paulsen, gran periodista, me mandaba más dateado que no sé qué... yo sabía que tal gallo me iba a hablar a mí porque iba de parte de él y al quien vive, en este caso, le ganamos siempre a los otros canales.

¿Cuánto cambió tu vida desde que entraste a la tele?
Al principio, cuando te empieza a ir como bien y te empiezan a reconocer uno no es muy conciente y encuentra que lo está haciendo regio porque salió en un recuadro en una revista y ese es un parámetro bien absurdo, bien precoz, infantil, muy vanidoso. Después te das cuenta de que si quieres trabajar en el tiempo el tema es otro. Ahí es cuando te cambia la vida en el sentido de que te tomas esto como una profesión, una profesión que no es fácil, que es competitiva, parte de una industria dinámica. Además, estoy en un canal donde la entretención es mucho más difícil de realizar que en otros lados porque tiene límites.

¿Te imaginaste la fama?
Jamás. Nunca la busqué. Yo estudié periodismo porque antes estudié derecho y no me gustó y el periodismo era la forma que tenía de salirme convalidando la mayor cantidad de ramos y haciendo perder la menor cantidad de dinero a mi santo padre que ya había firmado todas las letras. Había un compromiso de no fallarle porque el viejo se sacaba la cresta.

¿Cuánto ha cambiado la tele desde que entraste?
Cambia en el sentido de que la competitividad es otra cosa, hoy te das cuenta que no hay canales chicos, de que todos los horarios son difíciles, que no hay carrera ganada, que el éxito de una noche no te asegura el éxito de la siguiente, es una pega del día a día y peor que eso, de minuto a minuto.

Es más feroz...
Más feroz pero atractiva, tiene el riesgo, hay gente que disfrutará con la velocidad, con el debate de las ideas y bueno, nosotros somos amantes de este tipo de adrenalina.

Una adrenalina que va de la mano del famoso rating...
Básicamente del rating y las ventas. Es una cosa mucho más fría de lo que se piensa, es el mercado.

Oferta y demanda...
Absolutamente, frío, frío, frío.

A veces poco humano...
Se corre el riesgo, lo corremos todos a diario.

¿Hasta qué punto manda el mercado?
Yo por lo menos tengo la oportunidad de estar en un canal donde obviamente hay que generar recursos y sintonía que genere esos recursos. Esa es una realidad. Pero nuestra línea editorial nos pone un límite que para nosotros en bueno. Nos permite no transformarnos en animales porque perfectamente una noche en la que estás apretado podrías usar las estrategias de otros y pasar a la punta pero no, y eso se agradece.

¿Cuánto hay de ti en evitar que las reglas del mercado se coman tu trabajo?
Uno corre el riesgo, no estoy excepto de que me coma, puede darse. Por lo mismo uno debe estar atento con lo que hace.

¿Te has visto haciendo cosas que no querías hacer?
Yo siento que varias veces uno cede y no por obligación porque a mí nadie me ha puesto una pistola en el pecho. En ese sentido soy bien hombre y no le echo la culpa ni al director ni al productor ni al ejecutivo de turno. Prefiero decir que no tuve la suficiente valentía ni convicción para hacer valer mi no. Eso me ha pasado.

¿Muchas veces?
Las veces que a uno le afecta son pocas.

¿Cuándo fue la última?
Eso uno lo dice en las reuniones de pauta.

¿Te pasa más seguido de lo que quisieras?
No... son otras cosas. Yo tengo dos niñitas, de dos y cuatro años, y uno se pone más temeroso... una enfermedad, el resfrío de una de ellas te hace más débil. Vulnerable es poco. Imagínate la señal equívoca.

Como “hija no haga esto” en circunstancias de que en tu programa...
No, a meterlas en un tema público, como “mira lo que pasó con tu papá”... Ese es un tema para mí y seguro lo será más fuerte a futuro.

DE CÓMO NOS SACARON LA CRESTA
Tú me decías que nunca te imaginaste en la tele. Menos te habrás imaginado que en un programa tuyo saliera una persona reconociendo su adicción a las drogas...
Es una experiencia súper fuerte pero de la cual no reniego, menos voy a renegar de Juan David. Jamás me lo imaginé... lo que pasa es que el Rojo a me ha dado posibilidades que van más allá de lo que se transmite, posibilidades de conocer a una diversidad de jóvenes, maneras de ser, de pensar, de vivir... algunos tienen futuro a largo plazo, otros viven el día y a todos les he ido agarrando mucho cariño. Entonces pasa esta cuestión de Juan David y en un comienzo te da rabia, “cómo te fuiste a meter en esto, con todo el talento que tení”. Después te ves recibiéndolo en el canal, recién salido de la cárcel, sin ducharse, sin comer, sin cordones.

Qué pena...
Que lo primero que hago es abrazarlo, meterlo en el camarín. Y lloraba y lloraba y era una guagua. Se duchó, le trajimos comida, le empezó a cambiar la cara, empezó a reconocer su tema y ahí te das cuenta de que tiene sentido; por fuerte que haya sido ese momento justifica un montón de momentos que han sido sólo fiesta y entretención. Tiene sentido porque con el equipo que tenemos, Juan David tuvo la posibilidad de iniciar su rehabilitación, aunque nos critiquen algunos tontos, que creen que a la gente hay que eliminarla cuando está enferma. Tiene sentido que yo esté aquí y me siento feliz porque se equilibra esta cuenta que a veces uno siente que quedó debiendo.

Claro, entre tanto bailoteo puedes hacer causa común con la señora que tiene el mismo problema con su cabro...
O le abres los ojos a un montón de papás que dicen: “mi hijo es otra onda”. Te hablo sin ir más lejos de amigos míos a los que yo les digo: “ojo con este otro” y ellos responden que su hijo es otra onda. Lo peor es taparse los ojos. El día de mañana puede ser mi niñita, yo o cualquiera.

¿Qué descubriste a raíz del debate que se originó con el caso de Juan David?
Un debate insólito... parece que es una costumbre que aquí agarre papa cualquiera... saltó súper lejos el maní. Aquí los únicos que debían opinar era él, su familia y el canal y fundamentalmente la justicia y la justicia dijo que él no estaba involucrado en microtráfico y desde ahí él asume un compromiso personal de rehabilitarse y reconocer públicamente su adicción. Nosotros fuimos sólo un instrumento de un compromiso que a mí no me corresponde develar porque me lo contó bajo reserva. Él me dijo: “Rafa, yo necesito hablar en el programa esta tarde”, y llamamos a la gerencia de producción diciendo que era importante que lo hiciera, nos preguntaron si nos hacíamos responsables de lo que pedíamos y salió.

¿Qué pasó después?
Nos sacaron la cresta. Para él era su primer paso y de ahí en adelante ha sido todo bueno, el gallo no ha dejado de ir a ninguna terapia, sabemos que tiene mínimo dos años para empezar a cantar victoria. Sabemos que los adictos tienen un 80% de posibilidades de recaer. Lo sabemos pero también sabemos que él en vez de ser un punto negro se puede transformar en un gran comunicador de que se puede, de que a esta cuestión se le puede ganar. Así como hay redes de narcotraficantes tiene que existir redes de apoyo y en eso estamos flojos. Algunos medios de comunicación fueron apoyadores, otros se pusieron arriba del púlpito a criticar y no lo fueron.

¿Crees que te equivocaste en algo?
Yo duermo muy tranquilo.

¿Has probado la marihuana?
No.

¿Te ofrecieron?
Sí, trabajé de noche y al lado mío vi a gallos hacerse pitos y tremendos cañones.

Y tú les decías “no gracias”...
Exactamente. A mí me educaron que es más choro el que sabe decir que no. Y lo agradezco.

Entonces no cachabas el tema...
Obviamente conozco gente que ha estado muy metida y que me dio mucha pena pero no era un tema que haya tenido que manejar como ahora.

Juan David no es la primera persona que conoces con problemas con las drogas...
No, y te hablo de gente de todos los niveles y edades y no relacionados con el mundo de la televisión... empresarios, gente que jamás ellos ni yo ni nadie imaginó que iba a pasar y que lo ha pasado pésimo.

Cambiando de polémica, tampoco te habrás imaginado lo de Navech...
Menos, qué querí que te diga.

Yo vi la entrevista que le hiciste en tu programa ¿te pasó que te hubiera gustado decirle más cosas de las que le dijiste?
Más que eso, me pasó, tal como se lo dije a él, que sentí molestia porque nos mintió. Él habrá tenido sus razones para ocultarnos cosas. El otro tema, bueno la opinión pública ha juzgado y no voy a entrar a escarbar más porque ha sido lo suficiente.

Te pregunto en el sentido de que lo de Juan David devela cosas...
Eso tiene sentido pero lo de Navech es distinto, es gente adulta que toma decisiones que tienen costos y beneficios y después como adulto deben asumirlos.

Yo vi que te decía que como jefe de hogar está dispuesto a hacer cualquier cosa por su familia y tú le dijiste que eso estaba bien dentro de los márgenes de la legalidad...
No sólo la ley, sino que también la... uno no puede hacer cualquier cosa...

¿Qué mensaje habrá el público de todo esto? porque luego de este escándalo la gente lo respaldó a mango...
Yo no puedo hablar pa’l público menos en un tema así. Ellos están en competencia y aunque quisiera no me corresponde analizar por qué vota el público. Si quieres el 15 de diciembre te puedo dar mi visión de la competencia pero sería muy feo que te la diera ahora. De verdad. Siempre he sido muy cauteloso en eso.

DE CUÁNDO PIERDE EL CONTROL
Si pusieras hacer lo que quisieras en la tele ¿cuál es el programa que te harías a tu medida?
Estoy muy contento con Rojo y lo que hemos logrado hacer. Me ha permitido entrevistar en profundidad, ir al drama, a la tontera, a la cosa frívola, de la niña bonita a la niña talentosa. Es un piano enorme en el que puedes tocar todas las teclas y todas suenan y no son disonantes y eso es lo que a mí me agrada.

Hoy en El Mercurio salió que al Rojo Vip no le ha ido como esperaban, que no están contentos con los resultados...
O sea, partimos como cañón hasta que el programa anduvo como tenía que andar por estructura, luego, por un tema de financiamiento el canal nos dijo sería bueno alargarlo. Nosotros dijimos que no, que íbamos a caer. Pero es una instrucción: “hay que alargarlo”. “Pero nos vamos a caer”, dijimos. “No importa, son otras las prioridades hoy”, nos respondieron. En ese sentido, lo que sale en El Mercurio es cierto.

Como tú dices, eres un obrero de las comunicaciones...
Un obrero. ¿Lo quiere más largo? Se lo alargo, pues. ¿Cuánto se lo alargo?. No vamos a ser número uno porque venía “Cirugía de cuerpo y alma” como avión y salen casos como el de un señor que le reconstruyeron el poto, que grabé, y era una cosa que no podías dejar de ver. Nosotros le hubiéramos collereado con las finales, como estaba programado, pero nosotros somos uno más en la línea de producción. Y si hay que alargar hay que alargar. ¿Hay más presupuesto? “No, me lo alarga así no más”. Es la pega, a mí no se me va la vida en esto. Yo llego a mi casa y están mis niñitas, mi mujer, mi madre y mi hermana, mi gente, ahí se me va la vida.

¿Te incomoda la pega que hace tu mujer?
La apoyé porque ella tenía la intención de hacer algo y muy está contenta.

¿Cómo explicas la importancia de la farándula?
El mercado responde a un interés del público por conocer y hay gente de algunos canales y productoras que olfatearon esto y les ha ido fantástico. Es un negocio con estructura, con beneficios y costos. Hay quienes se han dado cuenta inteligentemente que toda la industria de la entretención genera gratuitamente, sin siquiera hacer investigación periodística, la posibilidad de comentar y eso la gente lo quiere ver. Entonces tú haces Rojo Vip y sale 20 minutos en un programa y en otro y otro y más encima te pelan, no te agradecen que gracias a ti no se tuvieron que machucar la cabeza en la reunión de pauta. La farándula, como yo creo que está en la línea de la entretención, no me complica la vida porque no es trascendente, no es fundamental para el país, no le vas a deformar la cabeza a nadie, no vas a crear un monstruo. Unos se entretienen viendo fútbol, otros se entretienen con las teleseries y con los monos animados.

¿Te molesta que tonteen a tu mujer?
Obviamente que me molesta, como marido...

¿No te dan ganas de encacharte y salir en su defensa?
Lo voy a hacer y lo he hecho pero nunca por los medios, nunca le voy a dar ese privilegio a un medio de comunicación.

En realidad sería medio picante...
Es gente que está pidiendo ropa pa’ levantarse el tarro. Es gente que en la medida que ataca a la Marcela se levanta el tarro y ella se ríe del tema, no engancha. Mientras la vea tranquila, que se lo toma con mucho humor y se abanica no me quita el sueño. La Marcela es sicóloga, cacha perfecto de quién viene, cómo viene, del estado de la persona. Se peina con el tema, cómo voy a enganchar yo con el tema si a ella le da lo mismo.

¿Alguna vez pierdes el control?
Claro, cuando me corresponde y por temas personales. Y si son temas profesionales los hago saber en las reuniones de pauta.

¿Cómo eres cuando te emputeces?
Como cualquiera.

Pero eres de los que agarra a chuchadas a la gente, se amurra, no habla, patea la pared...
Depende del estado. A veces ando más melancólico, a veces más demostrativo, otras más impulsivo, a veces me pongo triste, a veces me arrepiento a los treinta segundos de algo que dije.

¿Has ido alguna vez al siquiatra?
Una vez. Andaba súper triste, tenía una sensación de cansancio, con un nudo en la garganta, con dolor en el pecho, le conté a la Marcela y ella me dijo que llamara a un compadre que habíamos conocido en un viaje, un tipo muy choro, interesante. Cuando nos reunimos nos pegamos una conversación maravillosa y me lo lloré todo, a la segunda me cagué de la risa y la tercera me dijo “estaríamos”. No estaba expresando, tenía un problema que no asumía y ahí aprendí que hay que hacerse cargo de los problemas, enfrentarlos y echárselos al hombro. Después me volvió a pasar, yo pensé que estaba depre otra vez y fui a verme y era la tiroide, así es que puede ser que lo de la primera vez haya sido lo mismo.

DE CÓMO SU OPINIÓN PODRÍA INFLUIR EN OTRAS PERSONAS
¿Viste el debate?
No, mi mujer tenía justo una comida y tuve que hacer de dueño de casa.

¿La franja?
Me parece que en cuatro años es difícil que se haga lo que los candidatos ofrecen. Hay un poquito de sobreoferta.

¿Das por sentada la segunda vuelta?
En política no doy por sentado nada porque no me corresponde. Mi opinión podría modificar algún voto y no es mi pega.

¿Tu opinión podría influir en algunas personas?
Podría o no, no tengo idea.

Pero si es así, con mayor razón, cuando uno tiene convicciones las comparte. Es como cuando te gusta una canción y quisieras que más gente la escuchara...
El que quiere hacerlo que lo haga, no es mi rol. Yo estoy en el ámbito de la entretención y no de la política. Me encanta la política y la comento con mi entorno, tengo opinión, ideas, visiones, críticas, veo en perspectiva, me doy cuenta de lo que está pasando pero no para el medio, es un derecho que disfruto.

The Clinic cumple 7 años ¿Recuerdas que hacías el día de la detención de Pinochet?
Tengo que haber estado en el canal, pero qué estaba haciendo en ese día no lo tengo tan presente... recuerdo al palta Meléndez cuando lo agarraron a charchazos unas fanáticas de Pinochet. Esa es la imagen que tengo de esos días y la de la Patricia Maldonado por el otro lado.

Algunas palabras para este medio...
The Clinic tiene la virtud de provocar y que ha ido haciendo del humor, de la sátira y de la ironía, su valor agregado.

¿Te gusta?
A mí me gusta. Creo que hay que invertir un poquito más en la gráfica.

¿Que la encuentras picante?
Sí. Hay que darle un poco de pega a los gráficos.

Eso, aconséjanos Rafa...
La tinta, si uno anda con ropa clara, te la caga. Deberían mejorar la tinta porque un diario no vale lo que vale un pantalón de uno.

Que por supuesto, compras en Hites...
... (risas)

Porque no me vas a decir que te vistes en Hites...
Por supuesto que sí.

Eduardo Bruce, comediante

Al Pinto Paredes y Angulo se le paralizó la mitad del cuerpo. No pudo seguir trabajando y de a poco vendió todas sus cosas hasta quedar casi con lo puesto, viviendo en una pieza con su hijo. Solo con los recuerdos del Bim Bam Bum, del Picaresque y de Sábados Gigantes. Recordando las rutinas con sus amigos: el Tufo, El fatiga, Pepe Tapia, Chicho Azúa y Eduardo Tompson. Por más que le pidió a Dios no llegar a viejo, no dar lástima y morir de un suácate, a los 74 años una sistitis maltratada mandó a Guillermo Bruce a parar a la posta. Cada vez que hacía pichí sentía que se quemaba por dentro. Ahí lo atendió un urólogo. “¿Sabe qué es un urólogo? Un urólogo es el que te la agarra con desdén, te la toma con asco y te cobra como si te la hubiera chupado”. Aquí, la nostalgia.

¿Qué lo hace reír?
El otro día vino un amigo y me dijo que me traía algo con lo que me iba a morir de la risa: era un video de “Los atletas de la risa”, estos jóvenes que se ponen en el centro frente al Banco de Chile y nada, puros garabatos que no me hicieron reír. Ninguna creación, sólo groserías.

La chuchá por la chuchá...
Es que la gente cree que la chuchá es todo lo feo y la chuchá va desde mierda hasta conchetumadre y no hay más. Lo demás es cerdada como moco, pollo, mojón, diarrea pero lo asocian a lo mismo. El humor actual tiende a eso.

¿Por qué será?
Porque la gente pide más y uno se va por lo más barato: los garabatos. A mí me gusta el humor con más ingenio.

¿Y en la revista no se usaban garabatos?
Uno que otro, casi nada porque no se podía, estaba prohibido. Se usaba el conchetuvidrio, el amermelao pero muy poco.

Era más picaresco...
Eso es lo que digo yo. Una vez, en Canal 13, estábamos con el chico Feito haciendo la rutina de dos judíos y uno le decía al otro: “me voy donde tu hermana” y el otro le respondía: “oye que mi hermana no es una cualquiera”. “¿Y quién dijo que le iba a pagar?”. No dije ningún garabato ¿te fijas? Bueno, en el Canal 13 pasaba. En cambio ahora último cuando hacíamos el “Pinto Paredes y Angulo” nos mandó a llamar la gerente de producción para decirme “A ver ¿Cómo dice usted?”. “Soy Angulo, el que hace los trabajos como ....”

El culo...
“Ninguno”, le dije. “Ya”, me respondió, “ahora va a decir lo mismo pero sin la pausa, va a decir de corrido que es Angulo y hace los trabajos como ninguno, no como lo dice usted para que no de qué pensar al televidente”. Y así fue. En ese tiempo en el Canal 13 no se podía hablar ni de los judíos, ni de la iglesia, ni de la religión, ni de la virgen... cosa que ahora sacan a cada rato. Había temas vedados.

Llegaba con su guión y se lo revisaban...
Claro, el libretista lo llevaba antes y lo veían. Uno estaba acostumbrado a trabajar así. Recuerdo que el Palta Meléndez una vez hizo el chiste del caballero que no podía comer por la boca, entonces el doctor le recetó comer por enemas, por el trasero y un día va por el centro moviéndose entero y el doctor le pregunta por qué y el gallo le dice que va mascando un chicle. Entonces Menchaca, el productor de Sábados Gigantes, lo echó del estudio y el Palta salió a los pasillos a fumarse un cigarro. En eso sale Menchaca, lo ve y dice “dije que me lo sacaran del canal”. Echaron al Palta por el chiste.

NO SÉ NA’ YO
¿Cuándo se dio cuenta de que era chistoso?
Nunca, yo era técnico limpiador en seco y trabajaba como jefe de planta de Sandrico y un día me ofrecieron hacer una comedia en el radioteatro llamada “El derecho de nacer”. Lo hice y me gustó el aplauso, me encantó. Entré a la Universidad Católica, donde no se pedía nada, y estudié teatro. De ahí llegué a la revista y me encantó la alegría, el ballet, las luces, los cantantes, los colores y las vedettes. Me encantó la relación instantánea que se da entre el actor y el público. Me gustaba la revista. Yo era jovencito, no debo haber tenido más de veinticinco años. Picaresque, Humoresque hasta que un día me llamaron del Bim Bam Bum. Quedé mudo, era lo más importante, lo máximo de lo máximo.

¿Por qué?
Por su elegancia. Cualquiera no entraba, estaba en Huérfanos y era lo más pituco que había. Hacíamos tres funciones diarias y sólo parábamos dos días: para Santa Cecilia y el año nuevo. Era, como quien dice, trabajar en el municipal para alguien de las revistas.

¿Ganó hartas lucas en el Bim Bam Bum?
No era tanto, me dicen lo mismo de la televisión y no. Es igual que como en las fábricas donde hay gerentes y obreros. Nosotros, con mis compañeros, nunca ganamos un millón de pesos.

¿Cómo era el espectáculo?
Se partía con un cantante olvidado, como el canario Reyes, un boxeador que era cantante, después venía el cuerpo de baile, después un esquech, una vedette, un cantante y un número que podía ser un gallo así, bien grande y forzudo que salía de una caja bien chiquitita.

¿Cómo recuerda su trabajo en los tiempos de la Unidad Popular?
No me acuerdo... a mí me pilló el once, la guerra, en Valparaíso.

Los artistas dicen que en el gobierno milita murió la noche ¿cómo sobrevivió? ¿en qué trabajo?
En lo mismo, de noche, en Provincia.

¿No tuvo problemas con el toque de queda?
No. No fue difícil seguir trabajando.

¿Cómo recuerda esa época?
No me daba cuentas porque yo no compraba ni pan ni leche. Yo me sentaba en la mesa de la residencial y me servían y nunca pasé apreturas económicas. Dicen que faltaba hasta el jabón y hasta la pasta de dientes y yo no me di cuenta porque un compañero de la compañía trabajaba en una farmacia y siempre me ofrecía cosas.

¿La gente sonreía igual? le pregunto porque uno se imagina esos años grises, como amargos...
No era pa’ tanto.

¿Cómo era la bohemia?
La gente se quedó pegada con eso. Yo no sé qué era la bohemia, parece que antiguamente existió la bohemia. No sé.

¿Cómo era trabajar de noche, en el espectáculo, en boytes?
Trabajaba y me iba para la casa, era un trabajo como cualquiera.

¿Veía drogas?
Sí, pero poquito.

¿Cuál? ¿Cocaína, marihuana?
Cocaína, marihuana, pastillas.

¿Traguito?
No tanto. Una vez estuve ocho años sin beber una gota de alcohol.

¿Por qué?
Porque se me ocurrió una vez.

Yo pensé que se chantó, como suele suceder, porque le ponía mucho...
No, yo paré porque sí y me tomaba mis combinados: Coca cola con Cachantún. Lo pasábamos bien.

¿Se pololeaban mucho a las vedettes argentinas?
No porque uno adquiere la experiencia que dice que es mejor pololear con mujeres fuera del espectáculo, bien lejitos del trabajo.

LA CARA DE CALIENTE
¿Cuándo empezó con Pinto Paredes y Angulo?
No me acuerdo. Fue, eso sí, porque nos llamaron. Estaba el Gilberto Guzmán, el Pepe Tapia, Eduardo Tompson, el chico Aránguiz, la Elvecia Vera, esa vieja fea. También la Tatiana Merino, ella es muy amiga mía y ahora que estuve en la posta me fue a ver dos veces con la mamá. Yo le pregunté “¿Sabí qué es un urólogo?”. “Un médico”, me dijo. “Un urólogo es el que te la agarra con desdén, te la toma con asco y te cobra como si te la hubiera chupado”.

A Tatiana le fue bien...
Sí, es una vedette, no como ahora que se le llama vedette a cualquiera. La vedette es muy completa, baila, canta y actúa.

¿Marlen es vedette?
Más o menos... puede llegar a serlo.

¿Quién más?
No hay vedettes porque no hay revistas. A la Tatiana la conozco de cabra. Recuerdo que una vez le dije: “Mira Tatiana, tú no eres una gran bailarina. Bailas no más, pero tení dos cosas: esa sonrisa que parece que te rieras con todo el cuerpo y después, esa cara de caliente que no te la quita nadie. ¡Ocúpala!”. Claro, eso es lo lindo de la Tatiana, su cara de caliente y su sonrisa.

Ahora ella está bien pero pucha que lloró la pobre con lo que le pasó con Salas...
Esas son tonteras. Todo pasa, la Tati se metió como cabra chica, fue ingenua pero el tiempo lo borra todo.

¿Cómo era trabajar con don Francisco?
Muy bueno, era muy simpático, muy agradable.

¿Y con Mandolino?
Nosotros le decíamos el rucio Navarrete porque era rucio y con el tiempo se le puso negro, con el agua yo creo. Después salió del programa, se dice que por una pelea que tuvo, pero de ahí a que se haya ido a dormir a la playa, eso es mentira cuando es lo más cómodo que existe. A la cama le dice “moisés” y la señora le compraba los zapatos, los calcetines, todo le compraba. Él no se molestaba en esas cosas. No es cierto que después sufrió porque no es capaz de sufrir, no nació para eso.

EL COBARDE
A toda esa generación de comediantes no le ha ido muy bien. Carlos Helo, El Tufo, Pepe Tapia...
Es que es la edad también.

De un momento a otro se quedaron sin trabajo...
No sé qué pasó. Se fue don Francisco a Miami y se cerró una fuente de trabajo, después se acabó el programa Éxito y pasó lo mismo. Julio Videla duró un chispazo. Ya no hay sitios donde trabajar, ya no existen las boites como antes donde hacíamos once salidas diarias. Hoy ya no existen las boites, son todas discotecas o topless. El centro se murió.

¿Qué ha hecho?
Después tuve una enfermedad que me paralizó la mitad del cuerpo. Tengo que andar con bastón o si no me caigo. Quién iba a pensar que a esta altura de mi vida, a los 74 años se me iba a venir a quedar la patita atrás. Estuve dos veces con el Kike Morandé pero no puedo trabajar.

¿Cuál es su situación actual?
Mala, malísima. Una vez tuve un ataque de inteligencia e impuse para tener jubilación. Mis compañeros se reían de mí: “mira el imbécil, va a dejar la plata a la caja a imponer ¿vo’ creí que vai a durar hasta viejo? Te vai a morir y se van a quedar con tu plata”, me decían. Bueno, no les hice caso pero esa plata que recibo es una porquería, muy poca.

¿Adquirió algún bien?
No. Vivo sólo de mi jubilación, todos los bienes se fueron, tantos años sin trabajar pagando remedios. Mi hijo vendió todas las cosas para que tuviéramos cosas. Mi hijo me pagó una enfermera que me cuidaba porque yo no podía andar, no me podía bañar ni limpiar. Afirmarme en la pared del baño y no caerme era tan lindo, me sentía tan bien cuando no me pasaba, cuando no me caía. Después tuve que aprender a bañarme solo.

¿Qué hace en un día normal?
Nada. Ver la caja idiotizante y salir en las tardes a juntarme con otros viejos del block, con mis amigos que tenemos un club de cojos. Uno está cojo porque le cortaron una pata, el otro porque tiene gota, el otro que tuvo un accidente, así que somos puros viejos cojos.

¿Qué le gusta ver en la tele?
El Chavo del Ocho, aunque siempre está con las mismas cosas, con que no le tienen paciencia, con que se le chispoteó. Él va a ser gracioso hoy, mañana y pasado. Me entretiene mucho.

Pida un deseo.
Mejorarme. Mi hijo ha tenido harta paciencia conmigo, pero me gustaría estar mejor. Yo le diría a los jóvenes que cuando era como ellos nunca pensé en que iba a envejecer, nunca me imaginé que iba a llegar a viejo. Lo que siempre le pedí a Dios era que si yo me moría fuera al tiro, de una vez. No que estuviera así, tanto tiempo, que si no te falla una cosa te falla otra, porque soy muy cobarde para suicidarme. Siempre le pedí a Dios no andar dando lástima.

Pucha...
Me gustaría también que el alcalde Alcaíno me subiera la pensión de gracia que tengo, que son setenta mil pesos porque es muy poco. Yo trabajé con él en “Noche de Ronda” y bueno, la plata no me alcanza, es muy poco. Él puede hacer algo por mí, por ejemplo, el Carlos Helo tenía una pensión de gracia igual que yo y se la aumentaron a cuatrocientos mil pesos, gracias a Dios. Yo le he escrito a Aylwin, Frei y Lagos y nada, responden con que están estudiando la situación.

¿Hoy se ríe?
Muy poco, aunque cuando los veo, mis antiguos compañeros me hacen reír.

Los Pibes Chorros, la banda de cumbia villera que la rompe

Su nombre (chicos ladrones) causó estupor en los medios de comunicación argentinos y generó una polémica en la que se los acusó de hacer apología del delito. Hasta que los censuraron. La insolencia de sus letras, basadas en asaltos, ladrones, pasta base, cocaína, vino en caja y minas fáciles, fue tema hasta para el presidente Néstor Kirchner. Pero a los Pibes, algunos ex asaltantes, todos callejas y zarpados, no les importó. No son ni quieren ser ejemplo de nada , sólo quieren con su cumbia ser el reflejo de lo que pasa cada día en las villas miserias argentinas, en las que algunos se zarpan porque está mala la cosa, porque la riqueza va sólo para algunos mientras que en las villas muchos pasan hambre y otros tantos mueren por las noches. Acá detalles de la banda autodefinida chorra, flaite, negra y villera y de su paso por Chile donde tocaron en la cárcel de mujeres, fueron al Diario de Eva, cantaron en la manifestación contra la prohibición de la píldora y, era que no, se hicieron amigos de los de la Garra Blanca.

Por Lorena Penjean

Insolentes, lo suyo es provocar. Con cara de patos malos y con sus pintas más flaites se hacen fotografiar armados, onda revólveres y metralletas.
Es esa misma actitud desenfadada la que les valió la expulsión de los medios. Fue a mediados del 2001 y el COMFER (Comité Federal de Radiodifusión)
presionó a los medios para sacarlos de escena por considerar que "las letras hacen alusión directa y explícita a hechos de violencia, que en algunos casos se refieren a menoscabar o enfrentar a la autoridad policial, también mencionan el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, asociándola con un estado de bienestar, o de sustancias tóxicas, vinculándolas con lo placentero o lo positivo...". Bueno, es verdad, no había mucho que debatir. Pero si lo que perseguían era terminar con su música, se equivocaron. Ya van por su sexto disco.

A los Pibes la prohibición les parece una boludez. No les cabe en la cabeza que alguien pueda creer que escuchándolos den ganas incontrolables de robar o drogarse. Como si la cumbia villera fuera anterior a la realidad de las villas miserias. Cabe recordar “Cambalache”, tango zarpado y feroz que desde 1943 fue censurado por todas las dictaduras militares por lo provocador de su letra. Pero ya era y los pibes se acostumbraron a nadar contra la corriente. Esa es su condición de nacimiento.

Sin aparecer en la tele, lo suyo son las giras, las presentaciones en lugares populares que los han ayudado a estar en permanente contacto con sus seguidores no sólo en Argentina, también en Ecuador, México y España. A la larga, el veto solo alimentó la leyenda.

“Y no nos importa. La realidad no la pueden cambiar por más que nos censuren. Nosotros contamos historias de robos y drogas y en vez de preguntarse por qué los chicos hacen lo que hacen, nos prohíben. Claro, es más fácil prohibirnos que hacerse cargo de que la riqueza está mal repartida, que mientras hay gente con cuentas millonarias, otros, los de la villa, pasan hambre. Bueno, que hagan lo que quieran. Nosotros no tenemos por qué cambiar nuestra manera de expresarnos. Nosotros nos vamos a dormir tranquilos, ellos no”.

Con el transcurso de los años la censura poco a poco se ha diluido. Incluso ahora podrían ir a la tele siempre y cuando moderen sus temas y les hagan arreglos. Entonces les da bronca y no van.

Diario de Eva
Ya se ha dicho: nadie es profeta en su tierra y los Pibes Chorros la rompieron en Chilevisión, nada menos que en el “Diario de Eva”. Y los Pokemones se atrevieron a despeinarse con la villera. Y la corearon, saltaron y vacilaron: Qué calor que tengo yo, que levante la mano como yo el que quiere un vino en cartón, el que quiere un vino en cartón…
“Estuvieron la raja, me encantan porque las las letras son terrible picás a choras. Le dan un corte”, sostiene una chica de enchulado vestir. Aunque acto seguido toma distancia: “Los pibes no son pokemones, son flaites, o sea, la escuchan los cumas, los que usan Nike Shoot, poleras de marca y que se peinan onda Daddy Yankee”.
Valga la aclaración: los Pibes no son pokemones, de hecho ni los conocían. “¿Qué les pasa a estos pibes?”, se preguntan los villeros a la salida del canal, aún sorprendido por el estilo de los adolescentes, en especial por el de los varones.

Y lo hicieron de nuevo: fue tal su acogida, que los volvieron a invitar. Es así como la banda censurada en Argentina, la rompe en Chile.

Uno menos
Los Pibes componen abriendo las ventanas de sus casas en las villas miserias de Argentina, donde nacieron y fueron criados, las mismas desde las que por las noches escuchan gritos, disparos y sirenas policiales. “Uno menos”, murmuran mientras intentan seguir descansando, ya curtidos por la muerte de varios amigos. Casas de material ligero, habitadas por gente de esfuerzo y otra no tanto, de calles polvorientas en cuyas esquinas algunos matan las horas tomando cerveza, fumando pasta y esperando la oportunidad de convertir algunas monedas. ¿Le suena familiar?

“Qué van a hacer música estos negros”, les dijeron con desprecio ya hace ocho años. Pero lo hicieron. Pero no sólo lo hicieron, también triunfaron. A su estilo, pero lo lograron porque siempre han tenido la convicción de que al igual que el tango, la cumbia villera es cultura y tiene vida y aunque muchos les pese, la llevan porque hablan de la realidad. Es la calle.

El éxito de los Pibes tiene doble mérito. Porque prácticamente no venden discos. Los pibes se conocen de boca en boca, de mano en mano a través de discos piratas. Ellos lo saben y no se quejan, ni lloran por matar la música ni nada. Como que les da cierto orgullo. Así está la cosa y su público no tiene para comprar discos. Así llegaron a Chile y al resto del Cono Sur. Y cuando se ven en la tele o frente a miles de personas recuerdan que de pequeños, cuando pateaban piedras sin mayores expectativas que sobrevivir, jamás imaginaron que llegarían tan lejos. Para muchos, los de la villa no existían y si lo hacían, era básicamente en la crónica policial de los medios. Pero existen y con sus canciones han dado un golpe a la cátedra. Y hacen giras, van a las radios y llenan discotecas. “Porque aunque a algunos no les guste, existimos y somos más”.

“Porque somos más”
Los pibes cantan lo que saben. Es así como “El Tano Pastita”, (la historia de un pastero) se inspiró en un amigo de los integrantes. O “Andrea” (la cumbia de una chica fácil), nació con el nombre de otra amiga. Otras, (Aunque no nos quieran somos delincuentes andamos de caño con antecedentes, robamos blindados, locutorios y mercados no nos cabe una estamos re jugados) podrían perfectamente ser alguna de sus vivencias, porque cada cual más o menos, tiene su pasado en la villa.
Uno de ellos, “de pibe” asaltó supermercados. Onda manos arriba nadie se mueva. Pistola en mano, violento, decidido. Dinero rápido y a vacilar. Otro, también “de pibe” y acompañado por amigos, robó los animales del zoológico. Sí, saltaron rejas, se metieron a las jaulas y se chorearon pavos reales, gansos y hasta una cabra de cinco mil dólares. Luego, se los comieron. Qué duda cabe, sus letras le llevan historias bien callejas que terminan en un calabozo por riñas, hurtos o por beber en la calle. Es el estilo.
“Hasta que una noche de caravana, fumando unas cannabis en la esquina, con frío, en la humedad cayó en mis manos una guitarra. Y aprendí. La música me hizo libre, si no fuera por la cumbia, yo estaría preso, muerto o seguiría robando”, sentencia un Pibe Chorro-Chorro.

Pibas chorras
Y porque los toca de cerca y saben que su música es del estilo, es que vez que pueden visitan cárceles. “No digo que sea bueno estar preso, pero los que están en la cárcel han llegado ahí por algo. Y tienen sentimientos, son personas que sufren”.
El miércoles recién pasado llegaron temprano al Complejo Penitenciario Femenino. Allí fueron recibidos por las niñas. Lindas, producidas, minas, todas corearon sus canciones. Fue como su única fiesta en mucho tiempo. En realidad fue su única fiesta en años. Y así, con el pasito doble, ese para el lado con su qué y bien marcado, que manos arriba y bajo la mirada atenta de las gendarmes, las presas estuvieron con sus ídolos.
“Me encantan porque nos identifican, porque son del pueblo, porque nos traen un poquito de calle”, afirma aún extasiada Yocelyn (24), condenada por robo con intimidación.
“La canción de la cana me llegó… Son terrible bacanes… La pasamos terrible bien”, dice otra interna que en ocho meses más, luego de un par de años, recuperará su libertad. Mientras, esperará que el tiempo pase rápido con la banda sonora de los Pibes Chorros de fondo (hoy lo van a visitar, hace solo un par de meses, que esta preso por robar, él se enamoro perdidamente, sin pensar que lentamente su vida se iba a arruinar). .
Todas las chicas, al igual que donde van, murieron por ellos. Sí, porque esa postura choriza-bruta las vuelve locas, porque los encuentran ricos, porque al contrario de lo que hacen todos los artistas, mientras menos se arreglan más onderos se ven.

Una hora de cumbia, recuerdos de lado y lado y adiós. Las niñas deben volver a sus rutinas y los pibes, a la calle. Ya luego vendrán las visitas.
El sueño del chorro
Víctor (25) es la voz, Gastón (23) va en el bajo, Federico (27) en la batería, Luis (28) guitarra, el Punga (40) en la animación (todas las palmas arriba y arriba!) y Diego (35) como fundador, productor y guiro, seguirán en Chile para realizar más presentaciones por lo menos hasta el 4 de mayo. Mientras, alojan en un sencillo hotel, pasean por radios y estrechan vínculos con bandas como Juana Fe y Chico Trujillo, con las que han compartido y compartirán escenario.
Como el día de la manifestación contra la prohibición de la píldora del día después y los pibes cantaron “Qué calor” en compañía de Juana Fe ante los miles de personas en la Alameda, frente a La Moneda. Qué tal.

“Nunca me imaginé esto, es un sueño. Pibes como nosotros hay millones, que quieren salir adelante y que tienen bandas y que les cuesta”. Reflexiona el vocalista. Y sus ojitos brillan. Se sabe afortunado.

O sea, cuándo se hubieran visto en España, paseando por Madrid perseguidos por fanáticas. O recibiendo mails desde Holanda. Solicitados desde Francia, Colombia y todo el Cono Sur. Y para qué hablar de la Garra Blanca. Jamás se les pasó por la cabeza que estarían ahí, en la galera con los niños del Colo. “Naaa… qué me van a hacer estos chicos… Más miedo me debieran tener ellos a mí… Capaz que los asalte yo”, dice Diego riendo.

Luego, algún asado, paseos por Bellavista y harta calle. Les tira. Ah, y lo más lejos que se pueda de los cuicos. Pura GCU (gente como uno), prosigue Diego.

La gente que los mirará raro y los taxis que no les pararán no cuentan. Los Pibes Chorros la están rompiendo contra todo pronóstico. Y al son de la cumbia, nena.

Recuadro:

PIBES CHORROS EN CHILE
Santiago: Viernes 2 de mayo en el Estudio Gigante acompañados de Chico Trujillo y Chorizo Salvaje.

Valparaíso: Sábado 3 en el Fortín Prat con JUANA FE______________________________________________________________________

Destacados:

- Si no fuera por la música estaría muerto, preso o robando

- Nosotros contamos historias de robos y drogas y nos prohíben en vez de preguntarse por qué los chicos hacen lo que hacen. Claro, es más fácil prohibirnos que hacerse cargo de que la riqueza está mal repartida, que mientras hay gente con cuentas millonarias, otros, los de la villa, pasan hambre. Bueno, que nos prohíban. Yo no tengo por qué cambiar mi manera de expresarme. Yo me voy a dormir tranquilo, ellos no.

- Cuando comenzamos nos decían: qué van a hacer música esos negros. Eso no es música.

Canciones
Llegamos los pibes chorros
Aunque no nos quieran somos delincuentes, vamos de caño con antecedentes, robamos blindados, locutorios y mercados no nos cabe una estamos re jugados. Vendemos sustancia y autos nos choreamos hacemos de primeras salideras en los bancos, somos estafadores, piratas del asfalto todos nos conocen por los reyes del afano.

Con una nueve
Con una nueve en mano, hasta los dientes vamos armados, vamos re locos bien jugados robando bancos y mercados
Pibito ladrón
Con tan solo 15 años y 5 de alto ladrón con una caja de vino de su casilla salió. Fumando y tomando vino intenta darse valor para ganarse unos mangos con su cartel de ladrón. Pero una noche muy fría el tubo un triste final, porque acabo con su vida una bala policial. Y hoy en aquella esquina donde su cuerpo cayó hay una cruz de madera que recuerda al pibito ladrón

El tano pastita
A mi amigo el Tano le gusta la pasta, se sirve, se sirve y nunca dice basta, consume ravioles toda la semana, la pasta lo enloquece de noche y de mañana, como él no la prepara ninguno en la villa, por eso la vagancia para en su casilla. Empastillado Alucinado todo el día, siempre re loco de la cabeza, estás mas duro que una mesa, por que vivis empastillado, alucinado todo el día, siempre re loco de la cabeza, estás mas duro que una mesa, por que vivis empastillado, por que vivis...empastillado